Sindicales

25/5/2016|1412

Caló deja pasar las suspensiones y despidos

Un hombre de Techint y ¿de Macri?


“El veto es una facultad constitucional del Presidente, está en todo su derecho”, con esta declaración Antonio Caló salió a alejar cualquier posibilidad de convocar a alguna medida gremial contra el veto presidencial a la ley “contra los despidos”. Un par de días antes había sostenido que lo que importaba no era si había ley o no, sino que “no haya despidos”.


Caló, secretario general de la CGT-K, reveló así que el ataque de parlamentarismo que invadió a la burocracia sindical no tenía siquiera un propósito parlamentario (o sea que salga la ley), si no la clara intención de desviar las fuertes tendencias a la lucha de los trabajadores e impedir que la lucha obrera tome el camino de los petroleros de Comodoro, los docentes y estatales  de Santa Cruz o de Tierra de Fuego, es decir, la acción directa. Además, con estas declaraciones,  confirmó que el kirchnerismo en el Senado y en Diputados actuó en el mismo sentido que el macrismo: dejar el campo libre para que las patronales suspenden y despidan.


Lo extraordinario es que Caló es dirigente de uno de los gremios más golpeados por los despidos y las suspensiones, la Unión Obrera Metalúrgica; o sea si lo que importa son los despidos la UOM ya tendría que haber ido a la huelga general hace rato. Lejos de ello levantó el paro y movilización que iba a haber el 12 de mayo para firmar un acuerdo salarial en cuotas que promedia cómodamente menos del 30% anual cuando la inflación supera el 40%.


Caló no actúa sólo como un burócrata enemigo de la acción directa de los trabajadores, que entrega las reivindicaciones obreras a cambio de prebendas y beneficios, es más que eso. La entregada de Caló es parte de su embanderamiento con la causa de Techint que se enfrentó al gobierno de Córdoba por la entrega de la obra de los gasoductos (y por lo tanto de la provisión de los tubos) a los chinos. Siderca mientras tanto suspendió 1200 trabajadores suspendidos y amenaza con despidos.


Caló es la pata sindical del sector de la burguesía que se opone a una penetración china en la Argentina. Rocca anduvo por Córdoba haciendo reuniones con industriales locales para alertarlos y proponerles un frente común contra la invasión de la producción china;   muchos de los aliados a las automotrices (enfrentadas a Techint) lo escucharon con atención.


La alianza con los Rocca lo coloca a Caló en un operativo de mayor alcance: el del realineamiento de Macri con Estados Unidos en la búsqueda del desplazamiento de los chinos y europeos de los negocios de América latina y la penetración de los capitales norteamericanos.


Los trabajadores metalúrgicos solo pueden enfrentar los despidos y suspensiones, imponer el sostenimiento de sus puestos de trabajo (incluida la ocupación de las fábricas que cierren o despidan) tomando la lucha en sus manos, organizando las asambleas de fábrica y los comités de lucha. Superar a la burocracia, expulsarla de los sindicatos, es una parte fundamental de la lucha contra el ajuste capitalista y los políticos que lo sostienen.