Sindicales

8/10/2009|1103

Carta a los trabajadores de Kraft, ex Terrabusi


Soy hija de un luchador de toda la vida y de una mujer que acompañó incondicionalmente a mi viejo.


Soy hija de un trabajador despedido de Editorial Atlántida que, en el año 1997, llevaron adelante una lucha muy parecida a la de ustedes.


Cuando se conoció el despido masivo de los trabajadores se decidió en asamblea, después de otras medidas, la toma de la fábrica, fueron desalojados luego de trece días por centenares de policías.


Luego del desalojo se armó una carpa donde se hacían ollas populares, actos, cortes de ruta y marchas.


En esta lucha no participaron sólo los trabajadores, sino que participó toda la familia, y aunque nuestra lucha fue vencida y olvidada, puedo decirles que a los 14 años recibí de mis viejos una lección que marcó mi vida para siempre.


Nunca hay que darse por vencidos, defender los derechos de uno y de todos es lo más importante y fundamental para seguir.


Hay una frase de la banda española Eukz (El último que zierre) que dice: “Cuidensé, aún no me han vencido, no lo han conseguido, sólo estoy herido”. Las heridas nos dan fuerza para seguir luchando.


Piensen que con esto no sólo defienden su trabajo, también les están enseñando a sus hijos valores invaluables, y están concientizando y enseñando a una generación, que hoy en día tanta falta hace, ya que la sociedad está dividida y la noción de compañerismo parece estar olvidada; como esa lucha de los trabajadores de Editorial Atlántida en 1997, cuando yo tenía 14 años, me enseñó a mí.


¡Viva la lucha obrera!