Sindicales

29/11/2007|1019

Casino Puerto Madero: Una lucha masiva y extraordinaria

El camino de la victoria

La gran huelga del Casino por la reincorporación de los 69 despedidos ha ingresado en su segunda semana. La firmeza del paro se mide por el poderoso piquete de huelga mantenido en las tres puertas de ingreso de público, sobre la avenida Brasil, y en un cuarto piquete, a más de cinco cuadras, en la puerta de ingreso de personal.


El Casino se encuentra sitiado por sus trabajadores; centenares de ellos defienden la huelga en turnos de piquetes de doce horas desde hace diez días.


La magnitud de la resistencia de los trabajadores ha reforzado las tensiones con la patronal — la cual, no hay que olvidarlo, participa del riñón del gobierno (Cristóbal López). Mediante solicitadas y telegramas amenazantes busca aumentar el piso de carneros y envía telegramas de intimación, que emplazan a presentarse a trabajar en términos de horas. Un sector de los que entraron a trabajar está pidiendo licencias médicas por la presión que se vive en el interior del predio; otro sector no va a trabajar y no participa del piquete.


La empresa ha fracasado en reiniciar la actividad del juego. El piquete también opera como un factor de “convencimiento” sobre los jugadores y turistas. De los cuatro mil visitantes diarios, sólo cien han ingresado en estos días de huelga, y muchos de ellos lo tuvieron que hacer en combis o accediendo por el río. Los jugadores buscan otros “aires”. Hay videos, difundidos por los huelguistas, que muestren a las salas casi desiertas de jugadores y trabajadores.


El gobierno esta dejando desangrar el conflicto. El Ministerio de Trabajo deja correr los días sin dictar ningún tipo de medida a pesar de que se han reiterado las reuniones con los trabajadores, las direcciones de gremios involucrados y la propia empresa. La dirección de Aleara esta abiertamente jugada a la derrota del conflicto, para sacarse de encima la dirección de lucha del Casino. No se ha “declarado en conflicto”, y la patronal sigue señalando que los despidos “son individuales”. La burocracia recomendó a sus afiliados que retomen las tareas habituales para evitar nuevas sanciones, a fin de “no entorpecer las gestiones ante las autoridades ministeriales y la empresa”. (Diario Gremial.com, 26/11).


La lucha enfrenta dos grandes desafíos. Mediante el reforzamiento de los piquetes, reducir aún más el número de los que entran y atraer al mismo a los que aún no se han sumado, y por otro lado acentuar los obstáculos a la entrada del público.


El conflicto se ha rodeado de una importante solidaridad de sectores en lucha — trabajadores de Parmalat, del Hospital Francés, de la Fuba, del Garrahan, de activistas y delegados telefónicos, delegados del Subte, de docentes, de gráficos, papeleros, del Indec, Terrabussi. En conjunto han emprendido grandes acciones, como la marcha del martes a la Legislatura y a la Plaza de Mayo. El Cuerpo de Delegados se reúne diariamente y realiza también diariamente una asamblea general en el piquete. Trabaja intensamente un fondo de huelga, convoca a reuniones periódicas con todas las organizaciones de lucha (que vuelcan sus opiniones y dan su solidaridad al conflicto) y ha establecido relaciones con distintos sectores que están afuera del campo obrero.


La cuestión central de esta pulseada es que todas las organizaciones de lucha redoblemos el esfuerzo para colocar al conflicto en un plano nacional; que comience a provocar no sólo costos econó micos sino todos los costos políticos del intento de dejar a centenares de familias en la calle. Hay que aprovechar a fondo la oportunidad que brinda la transmisión del mando en el Congreso, en la Ciudad y en la Rosada.


Podemos ganar porque estamos protagonizando una lucha masiva y extraordinaria.