Los obreros se mantienen acampando en la puerta de la fábrica evitando cualquier intento de vaciamiento de la empresa, y en todas estas semanas han desenvuelto una enorme cantidad de actividades: cortes de ruta, volanteadas y una movilización de 7 kilómetros desde la fábrica a casa de gobierno. Por otra parte, la solidaridad se hace sentir y fue expresada en una peña que superó las mil personas.

Los trabajadores reclaman la reapertura de la fábrica. Se le exige a la patronal que se haga cargo de los salarios y los premios adeudados, pero por sobre todo que termine con el lockout y vuelva a la producción.

Villafranca -presidente del parque industrial de Neuquén y patrón de la Cerámica- exige al gobierno créditos y subsidios como condición para volver. Villafranca tiene en su haber una profunda historia de vaciamientos. En Cerámica Neuquén vendió parte de los terrenos de la empresa y los fondos nunca fueron colocados en la producción. Lo mismo sucedió con un préstamo de 23 millones de pesos. Los obreros han elegido una comisión de ventas y otra comisión que evalúa el estado de las maquinarias, con vistas a poner a producir la fábrica.

La puesta en producción de Cerámica Neuquén por voluntad de sus trabajadores, plantea la estatización de la empresa, bajo el control obrero. En la última audiencia en la Secretaria de Trabajo, la patronal ofreció que los obreros alquilen la fábrica, como si esto fuera posible. Que el Estado garantice salario y jubilaciones de convenio, la capitalización de la empresa, la puesta en estado de la maquinaria y la compra del producto final.

Cesar Parra y Pablo Giachello