Sindicales

18/7/1996|503

CIADEA: Es necesario un urgente cambio de política

Los casi 2.000 trabajadores de CIADEA que concurrieron a la movilización del jueves 11, estuvieron a un paso de imponerle a la burocracia una movilización política en el centro de la ciudad, en Colón y General Paz, uno de los centros “históricos” de movilización de la clase obrera cordobesa. La marcha al centro, que no estaba en los planes de la conducción del SMATA, se había resuelto en una asamblea en puerta de planta que fue exigida por los trabajadores ante el desalojo de la “olla popular” por la policía.


No bien partió la movilización (abandonó el 90% de los trabajadores del turno mañana) se vivió una dura lucha entre la burocracia y la masa fabril. El grueso de los trabajadores quería marchar hacia el centro de la ciudad y desarrollar allí una “asamblea” con los cesantes de Pritty y los compañeros de la Coordinadora de Desocupados, que a esta altura se habían incorporado, ovacionados. La burocracia quería una marcha por calles alejadas, que culminara en la Casa de Gobierno, a veinte cuadras del centro, y sin asamblea que pusiera en debate un plan de lucha.


En cada esquina se libró una disputa por el curso de la movilización, que finalmente ganó la burocracia. En Casa de Gobierno se volvió a plantear el enfrentamiento, cuando Campellone (constantemente abucheado y tratado de traidor) informó que había solicitado que Mestre intercediera en el conflicto y convocara a una reunión con la empresa para “discutir caso por caso” (lo que admite el principio del despido para los “casos” en los que no hubiera acuerdo). Finalmente, todo quedó supeditado a una reunión de delegados del SMATA (dominada por la burocracia), que resolvió un cuarto intermedio a la espera de la ‘intervención’ de Mestre, y que Mestre ‘concretó’ en una exhortación a la empresa para que reconsidere las cesantías, y ahora la empresa debe responder… y la calesita sigue.


Se han perdido otras 96 horas, se llevan 15 días de conflicto y nadie podrá acusar a los trabajadores de CIADEA de no dar signos sobre de qué modo avanzar. En CIADEA existe un problema de dirección, que se expresó dramáticamente en la marcha. Se equivocan los medios que atribuyen a la Blanca o a la ‘interna gremial’ el enfrentamiento durante la movilización, porque la burocracia pudo imponer su política recostándose en la oposición, de otro modo no habría podido hacerlo. Los trabajadores ‘empujaron’ constantemente a los dirigentes de la Blanca (triunfante en CIADEA en las recientes elecciones nacionales) a ponerse a la cabeza y marchar al centro, pero éstos guardaron silencio y finalmente llamaron a respetar la ‘orgánica’ del gremio. Esta orientación es mortal, porque los ‘cuerpos orgánicos’ del gremio no reflejan ni de lejos a los trabajadores y son en realidad un anacronismo —como ‘detalle’, gran parte de los mandatos están vencidos.


Un debate en el cuerpo de delegados entre la burocracia y la oposición habría estado polarizado entre dos posturas: paros internos (Campellone), una manera de disimular el entierro del conflicto, y “olla popular” junto a movilizaciones callejeras (Lista Blanca), que no llega a constituir una política alternativa. Es opinión dominante en la planta que los paros internos son inofensivos, pero… ¿qué plan de lucha se les ofrece a los trabajadores? Las corrientes de la oposición quieren sortear este paso porque no creen que se pueda derrotar a la patronal, y por eso mismo rehúyen el reclamo a una asamblea de planta que modifique la actual política del sindicato, y plantee en su lugar la ocupación de la empresa y la huelga activa de todo el SMATA.


No se aprecia que existe una oportunidad inédita en mucho tiempo para derrotar la ofensiva de las patronales. Asistimos a la primera lucha obrera en CIADEA en mucho tiempo, semanas después de la derrota electoral que la masa fabril le infligió a la burocracia. Los trabajadores de Pritty están en lucha, ocupando sistemáticamente las rutas en defensa de sus 78 cesantes, existe un reguero de conflictos en las plantas y talleres metalúrgicos. En un escenario dominado durante mucho tiempo por el exclusivo protagonismo de los empleados públicos, se ha abierto la posibilidad de lucha del movimiento obrero industrial de Córdoba, incluso en momentos en que Mestre acaba de anunciar la liquidación de los estatutos de todos los trabajadores públicos y del propio escalón ‘polimodal’ en la enseñanza.


Las patronales han captado los peligros de la actual situación dando marcha atrás en la suspensión de 150 trabajadores de CORMEC (la otra gran planta en Córdoba) y disponiendo su reingreso a planta desde el lunes.


Las 152 cesantías son sólo la antesala de una ofensiva mayor. La patronal de CIADEA ha lanzado la ‘tercerización’ de Mantenimiento, que entrega a una de sus subsidiarias para reducir los salarios, imponer un convenio ‘flexibilizado’ e incluso nuevas cesantías. El objetivo patronal, declarado a todos los vientos, es aplicar el convenio FIAT-SMATA en CIADEA. El ataque, entonces, recién comienza.


Si se aprecian estos elementos, es decir, el cambio en la posibilidad de lucha del movimiento obrero industrial de Córdoba (que está expresando una tendencia nacional —Cutral Co, choferes del Oeste) y la decisión de la empresa de imponer el convenio FIAT en CIADEA, y se aprecia, además, que la misma lucha está planteada en el resto de las plantas instaladas del SMATA y prácticamente ahora, ¿cuál es la razón para “no creer” en un plan de lucha?


Discutamos a fondo un cambio de política, que el debate del cuerpo de delegados sea llevado a la asamblea general en puerta de planta, y que ésta decida la huelga activa de todo el SMATA y la ocupación de la empresa. Por la reincorporación de los 152 compañeros y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, por el retiro de la ‘tercerización’ y el convenio FIAT.