Sindicales

5/11/2009|1107

Ciccone, ¿una nueva Mahle?

Por una asamblea general de los gráficos para luchar contra los cierres y despidos

La guerra en torno al negocio de los pasaportes parece haber ingresado en un nuevo capítulo.

El rumor de que Ciccone Calcográfica quedaría fuera del juego es casi una confirmación. Aunque no hay notificación oficial, la alarma cundió cuando, además de no llegar la nueva orden de compra (el contrato cayó el 30 de octubre) la Policía Federal hizo conocer su decisión de absorber al personal de Ciccone que trabaja en sus dependencias en tareas de producción y atención al público –unos cincuenta compañeros.

Ya el año pasado, las versiones del desplazamiento de los hermanos Ciccone fueron noticia en varios medios. El ingreso del Grupo Aeropuertos 2000 de Eurnekian al directorio de la compañía, de la mano de De Vido, pareció conjurar definitivamente la amenaza de Aníbal Fernández, que es quien desde hace tiempo está detrás de una movida en favor de Casa de la Moneda y otras subcontratistas. Pero lo de Eurnekian pasó sin pena ni gloria y en menos de un año se desligó.

En medio de este fuego cruzado quedan los más 200 empleados de Ciccone (entre gráficos, fiduciarios y administrativos) que incluso son usados como rehenes para forzar una negociación. “La decisión de no emitir una nueva orden de compra – dice una nota dirigida por la empresa al gobierno–  va a generar en forma inmediata el cese de nuestras actividades comerciales y la pérdida de la fuente laboral” y hasta “el incumplimiento del pago de los salarios” del mes que corre.

¿Y el sindicato? En lugar de ponerse al frente de los trabajadores para prepararlos a resistir un eventual cierre, su primera reacción fue gestionar una entrevista con Moyano para que, a su vez, el camionero interceda ante la Presidenta por la continuidad del contrato; algo que sin embargo no habría dado resultado (el papel de lobbysta de Ciccone ya fue desempeñado por Ongaro en otras oportunidades).

Una solicitada “para la tribuna”

Esta conducta contradice la posición que el mismo sindicato dio a conocer mediante una costosísima solicitada aparecida en Clarín bajo el título: “A la Señora Presidenta de la Nación Argentina”, en la que reclama la estatización de la empresa, como se hizo con Aerolíneas Argentinas. Efectivamente, la estatización de la empresa, preservando todos los puestos y las condiciones de trabajo, es lo que corresponde y la solicitada estaría muy bien siempre que fuese parte de una campaña de denuncia y de un plan de lucha resuelto en asamblea.

Nada de esto existió, ni ahora ni nunca durante “los últimos diez años en que el taller pasó de ser uno de los mejores pagos de la industria a sufrir decenas de despidos, reducciones salariales y pérdida de conquistas”. Apenas unas semanas atrás, los trabajadores venían siendo suspendidos.

Dinan, la política de los retiros voluntarios

En la misma solicitada se hace mención al vaciamiento de Dinan y a los recientes despidos en Crónica (ver nota). En ambos casos, el sindicato posa de lo que no hace para dar tiempo a los retiros voluntarios.

Dinan fue, como dice la solicitada, “una de las fábricas de envases más importantes de Latinoamérica”, pero hoy está en la lona luego de una larga declinación; la mayor parte del personal arregló su indemnización por montos absurdos y las dos plantas están paradas desde hace meses. Mientras los trabajadores se movilizan, el gremio no promovió la menor acción de conjunto. Apenas aporta los micros y las banderas, “acompañando” la agonía.

La solicitada propone convertir a Dinan en una cooperativa; si ya la crisis capitalista condiciona brutalmente cualquier salida autogestionada, cada día que pasa sin ocupar la planta ni poner en marcha un proyecto productivo todo es peor. Tal vez se está pensando en una cooperativa para unos pocos “sobrevivientes”, o peor aún.

El ejemplo de Indugraf es muy ilustrativo porque la supuesta cooperativa armada por el sindicato fue el recurso para frenar lo que se había avanzado, expulsar a los luchadores y continuar con el desguace de la planta, preparando la vuelta del vaciador Martínez.

La solicitada en Clarín es una pose para la tribuna. Con su habitual cinismo, la burocracia declara que no se puede “admitir que se mate un solo puesto de trabajo” cuando la propia Cámara gráfica reconoce más de 2.000 despidos en lo que va del año.

Necesitamos una asamblea general para discutir un plan de lucha en defensa de Ciccone, de Dinan, de Crónica, de Alcard y de todos los talleres en problemas y una movilización de todo el gremio.