Cicop acepta la oferta oficial

Ciicop (Asociación de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires) aceptó la última oferta oficial de aumento salarial para el sector profesional. Según el gobierno, el aumento sería del 22% para los profesionales de planta y 21% para los de guardia. Si esto es así (es decir si no existe ninguna trampa en relación a las bonificaciones remunerativas), el acuerdo recién nos pone al nivel de lo reclamado en el primer cuatrimestre de 2009 –con un año de retraso. El acuerdo desconoce, entonces, los mandatos iniciales que reclamaban un 30% para cubrir la inflación desde aquel momento. Además, se desconoce el mandato inicial de que los montos sean incorporados al básico y no en cifras en negro, y que el pago no sea desdoblado ya que, al producirse en dos etapas, la actualización con lo reclamado en marzo de 2009 va a llegar recién en julio.

Los delegados y trabajadores que rechazamos esta oferta, vemos cómo paritaria tras paritaria se vienen realizando maniobras para que nuestras aspiraciones se liquiden.

Se canjea el salario por otras reivindicaciones (nombramientos, desfavorabilidad, insalubridad, artículo 53, titularización), que luego el gobierno cumple a cuentagotas, en forma incompleta o se ignoran por completo. El argumento del desgaste provocado por el plan de lucha carece de validez, ya que en esta paritaria sólo se hizo un paro de 24 horas y Cicop llama a una movilización para el 7 de abril, con consignas ajenas a los reclamos de paritarias. Otro argumento, como es que los otros gremios estatales han levantado sus planes de lucha, carece de vigencia porque ATE sigue movilizado, a pesar de la entregada de SSP y UPCN.

Un puñado de seccionales (Km 32 de González Catán, Belgrano de San Martín, Gandulfo, Gutiérrez de La Plata, Mercante de José C. Paz) votaron el mandato de sus asambleas de rechazar esa oferta. Son la expresión de las bases que están podridas de la maniobras y que quieren un aumento real. Una inflación del 35% no nos permite quedarnos como espectadores impávidos de nuestra suerte.