Sindicales

20/11/2008|1064

Docentes: Victoria de Macri

En la Ciudad de Buenos Aires

La adhesión al paro docente de este martes y miércoles resultó del 60%, muy por debajo de las anteriores jornadas de lucha. El paro había sido liquidado días atrás por la dirección kirchnerista de UTE, al anunciar que se trataba de “la última huelga del año”. De ese modo, la Celeste decretaba por anticipado el cierre de esta lucha contra Macri, y en los términos establecidos por Macri. El gobierno de PRO se salió con la suya, luego de “otorgar” un irrisorio adicional de 110 pesos y en negro.

La burocracia sindical kirchnerista preparó largamente este desenlace. En los momentos de mayor intensidad de la huelga, siempre rechazó establecer un plan de lucha de paros progresivos. En cambio, armó un “calendario” de huelgas cada quince días. En el interín, la Celeste fingía unas negociaciones que no existían: Macri nunca disimuló su intransigencia, que sólo podía ser quebrada con una lucha continuada.

El desenlace de la huelga docente constituye un golpe a los restantes movimientos de lucha de la Ciudad, particularmente al de los luchadores de los hospitales. Pero es también una lección sobre el papel del kirchnerismo en la lucha política y social de la Ciudad. Más allá de la explotación demagógica del derechismo del PRO, los “K” no tienen ningún interés en que progresen los reclamos obreros contra Macri. Cualquier victoria de estos reclamos alentaría -sin ir más lejos- a los trabajadores bonaerenses, que enfrentan un cepo salarial similar por parte del kirchnerista Scioli.

De todos modos, la huelga docente sólo cerró un capítulo en la lucha contra Macri. El derechista afronta una crisis de carácter más general: su política de “megaobras” y negociados ha sido quebrada por la crisis mundial. Para salir del atolladero, está improvisando una línea de impuestazos y nuevas agresiones al pueblo. De cara a las luchas que se vienen, la huelga docente deja planteada al movimiento obrero de la Ciudad la necesidad de actuar en función de sus intereses propios, y en oposición a los bloques capitalistas que se disputan el país y la Ciudad.