Sindicales

15/11/2007|1017

Ciudad de Buenos Aires Los docentes en pie de lucha

Tribuna Docente Capital

El paro docente de 48 horas del 8 y 9 de noviembre fue masivo. Fue convocado por un “frente de unidad sindical” que agrupa a los sindicatos docentes de la Ciudad.


Dentro de este frente, se expresan tendencias y políticas contradictorias.


El 31 de octubre el activismo docente nucleado en Ademys votó en asamblea un paro de 48 horas para los días 8 y 9 de noviembre. El “frente sindical” ya había anunciado un paro testimonial para el día 8; UTE-Ctera boicoteó el paro del 9. En la asamblea de Ademys se votó convocar a una asamblea general docente con mandato de base para el jueves 8 con el propósito de definir cómo proseguir el plan de lucha, una movilización al gobierno de la Ciudad para el viernes 9 y la coordinación con los plenarios de delegados en lucha de los Suteba opositores.


La asamblea de Ademys del jueves 8 fue masiva. Más de 100 docentes se congregaron para definir la continuidad del plan de lucha, muchos de ellos con mandatos de paro de 48 y 72 horas. La asamblea ratificó por unanimidad el paro de 48 horas que estaba en curso y convocó a un nuevo paro de 48 horas los días 20 y 21 de noviembre. También se votó, por moción de Tribuna Docente, la participación en el plenario de delegados en lucha de los Suteba combativos del 16; el repudio contra la agresión y la persecución de la patota de la Ctera a los alumnos del Pellegrini; y el envío de una carta de Ademys como miembro de la CTA a la dirección nacional de la Central denunciando los repudiables hechos de la burocracia celeste de la UTE que montó una campaña de desinformación y adulteración de documentos para boicotear el paro del viernes 9 (sólo convocado por Ademys).


El “frente de unidad sindical”, y en particular UTE-Ctera, está protagonizando una maniobra para “lavarse la cara” en vísperas de las elecciones de Juntas de Clasificación y Disciplina del 14 de noviembre. Al mismo tiempo, la UTE busca mostrarse ante Macri como un sindicato fuerte con el único objetivo de fortalecer su situación de cara a una inminente “negociación” para mantener sus prebendas con el gobierno de la ciudad. Los paros convocados por la burocracia responden a esta necesidad.


Los paros fueron masivos, más allá del oportunismo de la burocracia, porque la situación de los docentes porteños es extrema. Al desastre que está provocando la inflación sobre el techo miserable de Yasky-Filmus y sus 1.040 pesos, hay que sumarle la flexibilidad laboral. Por ejemplo, la Disposición 14 del Director del Área Primaria ordena resolver la emergencia educativa generada por la ausencia de maestros suplentes obligando a los maestros con cargo a cubrir las horas libres en los horarios curriculares; es otro claro ataque al estatuto del docente.


Los desafíos del plan de lucha en curso


Los docentes no debemos confiar en la burocracia que nos ha traicionado sistemáticamente. La perspectiva que debemos desarrollar es la de la docencia clasista de la provincia de Buenos Aires: plenarios de delegados con mandato de base y organización de los distritos mediante asambleas de delegados por un plan de lucha con paros progresivos hasta ganar.