El miércoles 16, en Tacuarí al 1900, se produjo un hecho fuera de lo común. Desde las 10 de la mañana hasta bien entrada la noche, decenas y decenas de trabajadores de prensa de los diarios Clarín y Olé hicieron cola frente a una Traffic estacionada delante de la empresa para poder emitir su voto a Comisión Interna. En ese ‘cuarto oscuro’, desafiando a los burócratas, a la empresa, a su aparato de seguridad, a la justicia y a todos los que intentaron ponerse enfrente, más de 550 compañeros decidieron respaldar la formación de una organización gremial para poner freno a los contínuos atropellos patronales. Un resultado contundente.

En las horas previas a la elección, el monopolio, dueño de cuantiosos recursos, decidió utilizarlos masivamente para impedirla. Primero recurrió a los servicios de dos burócratas echados por su conducta patronal, que enviaron cartas documento desconociendo la validez de la asamblea que votó su destitución. Luego dieron intervención al Ministerio de Trabajo, acusando a los trabajadores en estado de asamblea de abandono de los puestos de trabajo. Al mismo tiempo, y en tiempo récord, una jueza convocaba a suspender la elección frente a un amparo presentado por esos dos mismos burócratas. Por último, la empresa, que había impugnado a la Junta Electoral y a 8 de los 10 delegados que se presentaban, anunció que no iba a permitir el ingreso de las urnas y que prohibía a los trabajadores de prensa salir a votar.

Pero una asamblea realizada en la tarde del martes, con la presencia de más de 250 compañeros, rechazó, una vez más, todas las amenazas y resolvió realizar la elección en la puerta de la empresa y rechazar ante la justicia y el ministerio los argumentos de los burócratas y la patronal.

A pesar de que el grueso del personal trabaja de tarde, a las 12 del mediodía más de 150 compañeros habían emitido ya su voto, ante la azorada mirada de la gerencia de personal. La policía, que había montado un discreto operativo, no se atrevió a intervenir. En las puertas del edificio fueron pegados carteles llamando a votar. Los compañeros que votaban y entraban, pegaban en sus computadoras y escritorios carteles que decían: “Yo voté, ¿y vos?”. Por la tarde fue incesante el desfile de compañeros en el cuarto oscuro. Hasta dos parturientas enviaron desde el sanatorio su voto, lo cual no tiene sólo el carácter de una anécdota: en las distintas asambleas fue denunciado que la empresa quería desconocer el derecho de lactancia de las mamás, obligándolas a trabajar 9 horas, cuando el convenio marca la mitad, durante los 6 primeros meses del bebé.

Al cabo de esta enorme lucha de los trabajadores de Clarín-Olé contra los despidos, el alargamiento de la jornada laboral y la flexibilización, se ha puesto en pie una gran Comisión Interna. Esta ha logrado una primera victoria, el reconocimiento abrumador de los compañeros de los dos diarios.