Sindicales

14/7/1994|423

Cómo defender y profundizar el plan de lucha

Tanto el primero como el segundo paro de 20 horas realizados por los metalúrgicos tuvieron un alto índice de acatamiento. Quedó demostrado (una vez más) que el paro activo y, en especial, la perspectiva de la huelga indefinida, tiene una consecuencia movilizadora que nunca lograron, ni podrían lograr, los “paritos” de desgaste que proponía el Secretariado nacional.


El éxito de los dos paros con movilización no fue el resultado de la acción o de la política de la dirección del gremio, el cual hizo poco y nada por organizarlos. No llamó a plenarios de delegados, salvo en contadas seccionales; no llamó a asambleas en fábricas ni en seccionales; ni siquiera puso todos los micros necesarios. La dirección del gremio tampoco hizo una agitación adecuada del plan de lucha, lo que pone de total manifiesto que no está buscando la victoria de este conflicto.


A dónde quiere ir la UOM


Los dirigentes de la UOM están negociando bajo la batuta del Ministerio de Trabajo un “aumento” del 30% de los salarios, que para la enorme mayoría de los metalúrgicos no representa NINGUN AUMENTO. Simplemente significa blanquear o absorber aumentos ya obtenidos por fábricas, sin la participación de la UOM, que estuvo “empantanada” durante 38 meses en discusiones por Ramas, mientras que los Macri y los Techint se llenaban los bolsillos como nunca. Algunas cámaras patronales (Paladini, en Córdoba) han salido a decir que si el pedido de aumento es del 30% no hay motivos de litigio. Para las patronales, el interés reside en la posibilidad de introducir el aumento por fábrica y la “flexibilidad” laboral. Incluso para que esto figure con cláusulas concretas en el convenio nacional.


La dirección de la UOM, a pesar de que esto fue rechazado en el plenario de la Federación de Box, se ha metido a discutir por Ramas; concretamente con la Metalmecánica (Rama 17), a la cual reclama un blanqueo de aumentos ya concedidos por empresa, del orden del 30%.


Por un aumento real y la denuncia de la “flexibilidad”


En las dos marchas, los carteles de las fábricas volvieron a “hablar” por sí mismos. Quieren el 60% de aumento. Este, entonces, debe ser el reclamo de todo el gremio y no el blanqueo que aceptan con gusto las patronales.


Es necesario, además, que la UOM declare (unilateralmente) inválidas las normas de “flexibilidad” y “productividad” que las patronales han impuesto al margen del convenio. Es necesario que todo el gremio esté informado de lo que se está negociando, porque hasta ahora se lo está haciendo casi en secreto, de espaldas a los delegados y al conjunto de los metalúrgicos. No se puede aceptar acuerdos ni preacuerdos de ningún tipo sin que antes lo discuta y lo decida una asamblea general.


El conflicto, a partir de esta semana, entra en una etapa decisiva. Está previsto para el próximo lunes 18 un paro de 48 horas y una nueva movilización. Es muy posible que el Ministerio de Trabajo intente imponer antes la “conciliación obligatoria”, pues de lo contrario el Secretariado estaría obligado a reunir a un nuevo congreso de delegados y a pensar en la huelga por tiempo indeterminado, lo cual “empalmaría” con el paro “federal” del 2 de agosto.


Está muy claro que el principal problema del conflicto metalúrgico es el problema de la dirección, que está buscando un arbitraje del gobierno. El propio Secretariado ha entrado en una crisis. Ausente Lorenzo Miguel de las negociaciones directas, y luego de la bochornosa intervención de Guerrero en el plenario nacional, le han pasado la “batuta” a Naldo Brunelli para que “pilotee” la tormenta. Pero Brunelli viene de fracasar estrepitosamente como secretario general de la CGT, luego de entregar SOMISA a costa de miles de despedidos y la destrucción de medio San Nicolás. Por sobre todas las cosas, quiere contener el ascenso obrero y evitar que quiebre la CGT menemista; de ningún modo, abrir la posibilidad de una nueva dirección sindical.


Hay que entrar en la huelga indefinida con piquetes que la garanticen, como en Tierra del Fuego, así quebraremos la super-explotación disfrazada de “flexibilidad” y obtendremos el 60 por ciento de salarios que es el reclamo genuino del conjunto del gremio.


En función de esta comprensión de conjunto de la situación, es necesario reclamar una Asamblea general del gremio para, de un lado, arrancar un verdadero aumento salarial y que no nos metan la “flexibilidad” en el propio convenio. Hay que desconocer naturalmente cualquier “conciliación obligatoria”, haciendo cumplir la resolución adoptada en la Federación de Box, pero luego nunca reconocida públicamente por la dirección del gremio. Pero, por otro lado, la reivindicación de la Asamblea General sirve para poder intervenir en la dirección del plan de lucha y en una solución verdadera, de abajo, de la crisis de dirección de la UOM. Para llegar a esto es necesario que los activistas nos unamos organizativamente para preparar a los cuadros y a los hombres que puedan reemplazar a la burocracia sindical.