La decisión de Alpargatas de volver a suspender al personal de la planta de Tejidos Argentinos, y de quitar el 40% del salario y las asignaciones familiares a los trabajadores de las dos plantas de Calzados, fueron la gota que rebalsó el vaso. El jueves 4 de febrero los trabajadores del Calzado decidieron cortar la Avenida principal del área industrial del Pantanillo (donde están radicadas las fábricas bajo el sistema de promoción industrial). Al día siguiente, los que cortaron la ruta provincial 33 fueron los trabajadores de Tejido Argentino. Allí se sumó el secretario de la AOT, pero en lugar de ponerse a la cabeza para impulsar la lucha, lo hizo para poner el movimiento bajo control y plantear una salida a la Dirección de Trabajo.

Al día siguiente, el director de Trabajo indicó que la “empresa presentó documentación que avalaría la suspensión (…) y que tenemos que poner el hombro todos juntos”. Entre los trabajadores, crece el repudio a la dirigencia burocrática y la necesidad de profundizar las medidas de lucha. En este sentido, está jugando un rol la agitación del PO, que ha planteado que la crisis la tiene que pagar la patronal con los fenomenales beneficios acumulados en la última década, y que para ello había que luchar por el reparto de las horas de trabajo. Por el reintegro de los despedidos de los últimos años, sin afectación de los salarios y para que se paguen todas las deudas salariales.