La Naranja de Prensa repudia agresión del ministro de Economía a los periodistas Candelaria de la Sota y Martín Kanenguiser -de Clarín y La Nación- a los que comparó con “los que limpiaban los baños de los nazis” y especialmente su invitación a “renunciar al diario”. Boudou no habla desde su derecho individual a la libertad de expresión sino desde el ejercicio del poder estatal contra los trabajadores de prensa.

La identificación que hace Boudou de los trabajadores de prensa con sus patronales es una manipulación grosera que desvirtúa la realidad: que las patronales ejercen el poder de seleccionar y publicar la información, de destacarla o minimizarla, de titularla de un modo o de otro, no sus trabajadores. Boudou se desata contra los trabajadores de la información porque oculta las tratativas del gobierno con los acreedores internacionales, se reserva el sigilo sobre ellas, cuando apenas es un burócrata designado a dedo y no un representante responsable ante sus electores.

El gobierno no pretende poner fin al monopolio capitalista de la comunicación, sino quebrar la independencia de los periodistas para lograr su finalidad de monopolizar la información a través del poder del Estado y de los capitalistas afines -incluidos los monopolios telefónicos.

El terrorismo estatal contra los periodistas es funcional a los intereses de los monopolios patronales de la prensa.

El silencio de la dirección de la UTPBA a este nuevo atropello paga los servicios que el Estado le ha brindado para conservar el aparato sindical mediante elecciones fraudulentas.

Los periodistas de la Naranja repudiamos los ataques oficiales a los trabajadores de Prensa, y las presiones y la censura que los compañeros sufren en los medios donde trabajan, tanto estatales como privados.

11/10