Sindicales

13/4/2000|662

CONADU: hay que quebrar a la intervención

Al momento de escribir estas líneas se reunía un plenario de Conadu para resolver las medidas a tomar frente a la intervención del sindicato por el gobierno aliancista, y la continuidad de los paros para que se les pague el ‘incentivo’ a los docentes del nivel preuniversitario dependientes de las universidades nacionales (de los pocos en todo el país que no lo cobran).


Los docentes de jardines, escuelas y colegios dependientes de las universidades nacionales cobran en general muy por debajo de los miserables sueldos que se pagan en provincias y municipios. El no pago del incentivo, que implica 780 pesos tomando las dos cuotas que ya cobró el resto de la docencia por el año ‘99, y 60 pesos más por mes de ahí en adelante, fue el detonante de un conflicto más profundo.


En algunas provincias, como San Luis, la radicalización del movimiento arrancó el compromiso de pago por parte del rector. Los docentes empezaron con paros en febrero, y amenazaron con un paro por tiempo indeterminado. En la UBA, Shuberoff tuvo que entregar 100 pesos a cuenta del incentivo para aplacar los ánimos. Sin embargo, el último paro de 48 horas de Conadu se cumplió masivamente en el Pellegrini y en el Nacional Buenos Aires a partir del segundo día, a pesar del carnereaje abierto del sindicato amarillo de Shuberoff (Aduba), que no sólo lo boicoteó, sino que salió públicamente a “ilegalizarlo” para que se pudiesen descontar los días de huelga.


En La Plata, el paro fue del 100% en los tres colegios secundarios, en la escuela primaria (Anexa) y en el Jardín Maternal. El viernes posterior al paro hubo una Asamblea con 300 docentes en el Colegio Nacional porque hay 100 docentes que no van a cobrar el sueldo de marzo. La Asamblea emplazó al rectorado a pagar antes del viernes 7/4; de lo contrario van al paro por tiempo indeterminado.


En Córdoba, cuyo gremio de base dirigido por el Mst no llamó a parar, el acatamiento fue del 65%. El carnereaje del Mst-IU llegó al extremo de firmar una nota dirigida a los docentes del Plenario de Colegios Secundarios, que estaba considerando la continuidad de las medidas, llamándolos a no parar porque “el conflicto está en vías de solución en el parlamento”.


Los paros en la universidad son una expresión de un fenómeno político más general, que es el de la creciente rebelión frente a la política fondomonetarista del gobierno de la Alianza. La intervención de Flamarique en Conadu se precipitó por este motivo, y tiene por función desorganizar a la docencia que deberá enfrentar –y ya lo está haciendo– la destrucción de la universidad.


La Lista Naranja Nacional llama a profundizar las medidas en el nivel pre-universitario, y a generalizar el Plan de Lucha para quebrar la intervención –la primera desde 1983– empezando con un inmediato Paro Nacional de todos los docentes.


La Paritaria nacional está paralizada porque el gobierno no quiere poner un peso. Hay que retomar un pliego de reclamos general: 1) Equiparación de los docentes del nivel pre-universitario de las universidades con las jurisdicciones. Pago inmediato de los 780 pesos del incentivo ‘99. Pago de una suma equivalente al incentivo. 2) Salario igual a la media canasta para el cargo testigo y vigencia del nomenclador de cargos y categorías. 3) Gratuidad de los posgrados. 4) Estabilidad para los interinos y pase a planta de los contratados. 5) Fuera la intervención.


Para organizar la lucha nacional con este programa la Lista Naranja propone la organización de un Congreso de Delegados con mandatos de asamblea que reunifique al gremio, rechace la intervención y organice las medidas en todo el país.