Sindicales

28/11/1996|521

Congreso de la Conadu

El Congreso de la Conadu realizado el 15 y 16 de noviembre en Posadas marcó un salto en el proceso de burocratización del gremio. Por primera vez en la historia de esta organización, surgida al calor de un proceso huelguístico hace una década, sólo se convocó al congreso ordinario, para el tratamiento de la Memoria, el Balance y la renovación de la Mesa Ejecutiva.


El Congreso se realizó en un hotel de las afueras de Posadas, con los lujos propios de una burocracia y bien lejos de las dependencias de la universidad local.


Las provocaciones contra los delegados de la oposición (Frente Gremial Docente y Lista Marrón) comenzaron cuando encontraron que para ellos no había reservas en el hotel, aun cuando en algunos casos compartían delegaciones con delegados oficialistas, para quienes sí había lugar, y debieron alojarse en la ciudad de Posadas, pagando una tarifa mucho más alta. Pero continuaron con las chicanas de la mayoría de la Comisión de Poderes, que desconoció la delegación de Aduba y luego, en el propio Congreso, que revocó a dos integrantes de la delegación de Córdoba para integrar en ella a delegados oficialistas.


Finalmente, el bochorno continuó con una presidencia del congreso que inventó la moción de cierre de lista de oradores sin debate, es decir, sin que hablen los anotados ni antes ni después de la votación.


En estas condiciones, y a pesar haber proscripto a ocho delegados opositores y haber agregado dos oficialistas, votaron por la aprobación de la Memoria solamente el 60% de los delegados y por el balance 64%. De haberse respetado las delegaciones enviadas por las asociaciones de base de Buenos Aires y Córdoba, el resultado hubiera sido aún más bochornoso para el oficialismo, al quedar en evidencia el repudio a su política, a pesar de la deformación de la representación y del carácter indirecto del voto.


El resultado en la elección de Mesa Ejecutiva fue: oficialismo 56 (54) votos; Frente Gremial Docente 19 (24) votos; lista Marrón 17 (20) votos. (Los números entre paréntesis muestran cuál hubiera sido el resultado si se reconocían las delegaciones legítimas de Buenos Aires y Córdoba). El oficialismo se alzó con seis de los ocho cargos de la Mesa Ejecutiva (dos por ser la primera mayoría, y otros tres por el reparto proporcional). El Frente Gremial Docente, la agrupación en la que militan los docentes del PO, incorporó a la Mesa Ejecutiva a Graciela Molle, como titular, y María Teresa Basilio, como suplente, a cargo de la Secretaría de Organización.


Pero el dato político más importante sobre la nueva conducción es que la Corriente Gremial Universitaria, rejunte de menemistas, mestristas, midistas y centroizquierdistas del CTA, incorporó a la Mesa al menemista Aníbal Velázquez, que figuraba último en su lista. Velázquez, ex secretario general de la Conadu hasta el ‘92, es, desde entonces asesor del gobernador de Misiones, el menemista Puerta, y en su provincia inaugura casillas de peaje en su carácter de director Provincial de Vialidad.


La oposición, que llegó dividida al Congreso, por la negativa del PTP (que orienta la Lista Marrón) a constituir una lista unitaria de recuperación gremial, se reunió en el Congreso para reclamar un Congreso Extraordinario y convocar a un plenario nacional para “discutir los graves problemas de los docentes de las Universidades e impulsar en Conadu un plan de lucha nacional”.