Sindicales

29/6/2006|952

Contundente paro de los docentes porteños

Tribuna Docente Capital


Como parte de la oleada reivindicativa que sacude a los trabajadores estatales de la Ciudad, la docencia porteña cumplió masivamente el paro convocado por el frente de gremios docentes. La dirección de UTE-Ctera, el gremio mayoritario, se negó a convocar a la medida.


 


La oposición proscripta en UTE, Lista Rosa-Tribuna Docente, por el contrario, apoyó el paro y lo organizó en las escuelas en las que interviene.


 


El 90% de los docentes fue al paro, en todos los niveles. Es que los salarios docentes de la capital obligan a trabajar con hasta tres cargos para llegar a fin de mes y en condiciones insostenibles.


 


El paro fue convocado por el frente de sindicatos que en su momento habían firmado, con la excepción de Ademys, el acuerdo salarial de principios de año (87 pesos por cargo). No se nos escapa que la medida de lucha fue concebida como una puja entre los sindicatos para quebrar el aislamiento en la mesa de negociación, que es patrimonio de la UTE. Con todo, sirvió para poner de relieve la rebelión que se encuentra latente entre la docencia. Unas semanas antes, la directiva de Ute tuvo que levantar un paro y marcha, que habían convocado ellos mismos por la movilidad de la jubilación, ante la evidencia de que se trataría de una masiva movilización por las reivindicaciones relegadas. A cambio, hicieron una concentración clandestina para cerrar una movilidad trucha que no conformó a los docentes.


 


Durante la jornada de paro, ante los reclamos de sus afiliados y trabajadores, los delegados de la burocracia de UTE tuvieron que plantear que “hagan lo que quieran…” El paro les pasó por arriba.


 


Los docentes, el miércoles 28 le preguntaban a los delegados de Tribuna Docente como seguía la cosa, entendiendo que se ha abierto una oportunidad para poner en pie a la docencia por sus reivindicaciones. Hay que impulsar asambleas en todas las escuelas y por distrito sin distinción de afiliación gremial, para elaborar un plan de lucha a fondo capaz de quebrar la política de miseria salarial del Gobierno de Telerman u ofrecer una canal a la pujante rebelión.


 


Es una oportunidad también para reagrupar a las bases de UTE en un polo capaz de desterrar a la burocracia carnera del sindicato docente mayoritario.