Sindicales

29/6/2006|951

Convenio Uatre: El peor de todos


La burocracia de Uatre ha firmado un convenio infame para la clase obrera. Establece un aumento del 19% que llevaría los salarios, a partir del 1º de mayo, a un tercio de la canasta familiar (749,70 para el peón; 878,31 para el tractorista; 911 para el capataz). Pero el monto que va a recibir el trabajador no tiene nada que ver con esa cifra. El convenio autoriza a las patronales a deducir los gastos por comida (130,44 pesos) y por vivienda (en este caso no fija un “techo” a ese valor).


 


¿Cuánto cobrará entonces el peón rural por jornadas de sol a sol, al arbitrio total de las patronales?


 


El carácter antiobrero del convenio Uatre se expresa de una manera feroz en el tratamiento del trabajo de los pibes en el campo. Establece valores que están por debajo del salario mínimo (449,82 pesos para los menores de 14 a 15; 524,79 para los de 15 a 16; 674,73 para el de 17 a 18).


 


Mantiene, también, el despido barato, estableciendo una “base promedio” de 760,35 pesos de indemnización por año y un tope de 2.281 pesos.


 


El convenio rige para los trabajadores rurales encuadrados en el Régimen Nacional de Trabajo Agrario (Ley 22.248) creado por la dictadura militar en 1980. Esa ley excluyó a la mayoría de los trabajadores rurales de la cobertura de la Ley de Contrato de Trabajo. Por eso, muchas de las disposiciones del convenio están por debajo de lo que establece esa ley, que rige para la mayoría de los trabajadores. El Régimen de Trabajo Agrario, por ejemplo, habilitó el trabajo a destajo y el pago en especie. El convenio colectivo de trabajo firmado en 1996 habilitó la posibilidad de que los trabajadores de las fincas "zafen" de esta ley; pero su aplicación es motivo de lucha hasta el día de hoy.


 


Lo fundamental, con todo, es que el grueso de los trabajadores rurales no percibe siquiera estos “beneficios” porque están en negro. Sea en forma directa o a través de contratistas. Del millón de trabajadores rurales que aproximadamente existen en el país, sólo 8.000 percibían sueldos superiores a los 2.000 pesos en 2005 (Clarín, 3/3). Forma parte del extremo de pobreza de la clase obrera, un extremo que el trabajador rural comparte con el trabajador de la construcción, también en este caso en un 70% en negro.


 


Repudiar el convenio negrero de Uatre es una consigna para los trabajadores rurales y todo el movimiento obrero.