El contrato de recolección domiciliaria pasará este año de 52 a 58 millones y es el principal “culpable”, según Katz, del impuestazo (de hasta un 300%). El “progre” culpó al aumento para los recolectores camioneros, que podrá ser de un 13%. El contrato de concesión, por supuesto, traslada automáticamente cualquier aumento en los costos de la concesionaria al Estado municipal. Ni hablar de que se hagan cargo con sus ganancias. Este ítem es intocable.

 

El salario inicial de un recolector hoy es de 1.800 pesos, la planta oscila entre 600 y más de 700 compañeros, en verano, aunque este año se redujo la planta de temporarios en algunos sectores hasta la mitad. La novedad es un uso extendido de la eventualidad -contrato diario-. Ahora, el ingreso es monopolizado por una "tercerizada" -Guía Laboral- que, según algunos compañeros, es una cooperativa de… Moyano.

 

Sea una “coopetrucha” o una agencia, sea quien sea su propietario, lo cierto es que ha introducido la “tercerización” aquí. Esto explicaría la política de Moyano de hacerse el boludo en el pescado, por ejemplo, donde hay 10.000 obreros en negro.

 

Un problema histórico en la ciudad es el colapsado predio de residuos: acumula basura a 40 metros de altura y contamina toda la zona sur, por aire -incendios- y por tierra y agua.

 

Los vecinos, la comunidad de la escuela aledaña al predio, llevan años luchando contra esta lacra, y ahora lo usa una asamblea ambiental -compuesta por vecinalistas- denunciando.

 

Hoy está incluso en medio de un engorroso expediente judicial.

 

Lo cierto es que las 600 toneladas diarias, en verano, recargan una bomba de tiempo. Esta crisis está aguijoneada por el grupo que capitanea Aldrey Iglesias -complejo Hermitage y muchos etcéteras-, que ha progresado entre los accionistas de la 9 de Julio, la empresa recolectora. Incluso sería el que está detrás del nuevo negocio del reciclado, y la real causa de la paralización -aunque se anuncia todos los meses su inauguración, con Kirchner y/o su hermana- de la planta de separación, que es producto de una larga lucha de los compañeros recicladores -400 familias-, organizados ahora en la cooperativa Cura. El “Gallego” se quiere quedar con este jugoso negocio, robándolo a los recicladores transformando a éstos en sus asalariados, a 400 pesos por mes, aprovechando, de paso, los millonarios subsidios y un crédito del Banco Mundial destinados a la planta y el predio.

 

El Partido Obrero y el Polo impulsamos una asamblea obrero-ambiental, con todos los trabajadores en lucha, para arrancar nuestras reinvindicaciones:

 

-Pase a planta de todos los trabajadores de la 9 de Julio. Paritarias libres con delegados electos y revocables por asamblea. Salario mínimo de 2.200 pesos, ajustable por inflación, para todos.

 

-Reestatización, sin pago, de la recolección; disposición final bajo control obrero-vecinal.

 

-Apertura inmediata de la planta de reciclado. Fuera el Banco Mundial y las mafias asociadas.

 

-Fuera los contaminadores.