Sindicales

28/7/2017

Córdoba: la carpa de las trolebuseras cumplió dos semanas

Las despedidas en represalia por la gran huelga del transporte mantienen un acampe frente a la Municipalidad.


Hace 14 días que cinco despedidas de la empresa municipal Tamse Trolebuses se encuentran sosteniendo una carpa frente a la Municipalidad de Córdoba –dos de ellas con una huelga de hambre– para reclamar por la inmediata reincorporación de los 183 trabajadores y trabajadoras despedidas de la UTA.


 


Estas cesantías ilegales en UTA golpean con dureza particularmente sobre las trabajadoras de trolebuses (en general madres de familias y en muchos casos jefas de hogar): representando sólo el 6% del conjunto de los choferes, son víctimas del 40% de los despidos.


 


Con estas expulsiones, el intendente Ramón Mestre y las empresas, en sociedad con la conducción de la UTA, intentan aleccionar al activismo que, con el método de la asamblea y la acción directa, realizó una histórica huelga durante 10 días en la ciudad de Córdoba, en reclamo de salario y elecciones libres y democráticas en el gremio (la seccional cordobesa se encuentra hace más de un año intervenida por la burocracia de Roberto Fernández).


 


Estas trabajadoras, defienden a sus familias, en una clara delimitación con la UTA.


 


Una nueva etapa del conflicto


 


La tenacidad y determinación que caracterizó a las trolebuseras durante toda la huelga, es la que las llevó a instalar la carpa el mismo día en que UTA nacional resolvía en asambleas truchas y valladas por la policía la expulsión de los delegados combativos del gremio.


 


Pasados 14 días de tal expulsión, presentada extorsivamente por la burocracia como la condición para la reincorporación de los despedidos, ni un solo de estos ha reingresado a su trabajo. En este cuadro, la carpa aparece como la única instancia de organización y reagrupamiento de los 3300 trabajadores de UTA Córdoba, y particularmente de los despedidos.


 


Así ha sido comprendido por la patronal y el gobierno, quienes rápidamente han  buscado quebrar la resistencia de la carpa. Lo hacen, principalmente, de la mano de la burocracia de UTA, que aprieta a los compañeros que se acercan al acampe, y sostienen una falsa expectativa en una reincorporación negociada caso por caso.


 


De esta manera, se busca aislar la carpa de las despedidas de los trabajadores activos, y desplazar del conflicto al sector más combativo.


 


Por su parte, la “Intersindical de Mujeres”, que nuclea a la burocracia de varios gremios (en particular al sector K) y ha hecho presencia en la carpa, mantiene su rechazo categórico a la preparación y convocatoria a un paro provincial.


 


En medio de maniobras y presiones por fuera y por dentro de la carpa, las trabajadoras han establecido una enorme iniciativa política, promoviendo allí reuniones con los trabajadores del transporte y congregando a activistas de todos los gremios; cumplida la primera semana de acampe,  se realizó un festival que congregó a cientos de trabajadores. A su turno, las trolebuseras recogieron miles de firmas en su apoyo y se dirigieron al Concejo Deliberante para reclamar su reincorporación, mientras preparan nuevas denuncias al INADI y a la justicia provincial.


 


Vamos con toda por la victoria de su lucha.