Sindicales

5/9/1995|463

Córdoba: La protesta obrera en ascenso

La Dirección Provincial de Educación está ocupada por los docentes suplentes que reclaman el pago de sus sueldos (nada cobraron en todo el año). Las maestras jardineras realizan movilizaciones diarias ante la destrucción de la estructura administrativa del sector, presagio de la liquidación de los jardines de infantes (las autoridades no han desmentido esta intención). La UEPC resolvió iniciar paros de 24 horas los días sábados; esta decisión de la directiva que otorgó la tregua a Mestre es la expresión de un fuerte repudio en la base a los descuentos salariales, a los atrasos en el pago, al pago en bonos y a la extensión de la jornada laboral.


Los trabajadores de Epec están realizando marchas, paros y asambleas ante la decisión del directorio de poner en práctica la “emergencia”, es decir, el recorte horario y salarial y, ante la aceleración de la privatización de la empresa. A estas marchas se han sumado trabajadores de Dipas (obras sanitarias).


El despido de 872 trabajadores del Paicor (programa de ayuda social) ha generado una verdadera sublevación con cortes de calle, roturas de vidrios y estado permanente de movilización y asamblea. Paralelamente en varias dependencias públicas se suceden asambleas ante los descuentos salariales, el pago con bonos y los atrasos.


El congreso regional de delegados de la UOM ha resuelto una condena al secretariado nacional por la “pasividad” frente a los despidos y suspensiones, reclamando un paro por tiempo indefinido, así como la condena a la ley de emergencia. El congreso ha dado expresión a una fuerte presión de los talleres (varios con conflictos, e incluso ocupaciones) por el total estado de indefensión en que se encuentran los trabajadores frente a la política patronal.


A esto debe sumarse el estado de conflicto de varias comunas del interior, de algunas de las cuales dan cuenta los diarios (como Villa Nueva o San Carlos Minas) pero de la mayoría no.


La descripción de estos conflictos revela que la aplicación de la ley de emergencia mestrista no puede pasar sin generar un movimiento de lucha popular y, por otro lado, que este movimiento sólo tiene perspectivas si se orienta hacia la derogación de la ley. La situación es también una revelación del fracaso de la tregua que las direcciones sindicales dieron al gobierno, y más aún de la política de “solidaridad” con la crisis provincial y la “creatividad” para buscar salidas (todas las cuales parten de que los trabajadores deben poner de su bolsillo). El movimiento es todavía disperso y con muchos altibajos como resultado justamente de la política de la burocracia en la intención de mantener esta situación es que las direcciones sindicales se han negado a darle un carácter activo al paro de 24 horas del 6.


Crisis de la “emergencia”


El movimiento de ascenso de la resistencia a la ley se combina con una crisis de la misma. La crisis está centrada en los Cecor y en la decisión del gobierno de no aceptarlos para el pago de todos los impuestos. Esto ha generado un “levantamiento” en el sector comercial e industrial que reclama el pago de los ingresos brutos en bonos como condición para aceptarlos. La crisis llevó a que Mestre estuviera ausente en la inauguración de la Feria de la Industria (FICO 95). La decisión del gobierno ha llevado a la desvalorización de los Cecor (confirmando así a Prensa Obrera) que ya se compran al 70% de su valor nominal, y eso que sólo se han lanzado 170 millones en bonos contra los 800 previstos. La decisión gubernamental (que viola a la ley de emergencia) es el resultado de su total incapacidad para hacerse de efectivo para pagar los hasta 400 pesos en moneda corriente del sueldo de los agentes provinciales. Todos los analistas políticos y económicos coinciden en ligar la resolución del ministerio de Economía provincial con la presencia de los representantes del Banco Mundial (que auditorean las cuentas provinciales), quienes se oponen a que el Banco Provincia rescate bonos y constituya reserva en esos papeles. El Banco Mundial, junto al gobierno nacional, aprietan a Mestre para que largue el banco y las empresas públicas a cambio del rescate de los bonos. Mientras tanto, sin convertirse en moneda de circulación corriente, éstos quedan directamente a la deriva.


Fuera el Banco Mundial de la Provincia, abramos las cuentas


El gobierno es rehén de la banca mundial y de Menem-Cavallo, las direcciones sindicales son tributarias de la política gubernamental, la perspectiva de la lucha obrera pasa por establecer una política independiente: plenarios de delegados de base para definir un plan de acción para derogar la ley de emergencia, abrir las cuentas de los capitalistas y el Estado e imponer la prohibición de los despidos y suspensiones, y hacer que la crisis la paguen los responsables.