El intendente de Colonia Caroya, Gustavo Brandán, despidió sin causa a José Barrios, aun cuando existe todo un marco legal que lo impide se pretende dejar en la calle a una familia en plena pandemia. El trabajador contratado, con casi dos décadas de servicio, debería estar en planta permanente.

Tras ser notificado del despido, el compañero José Barrios se encadenó frente a la municipalidad, exigiendo la reincorporación. El intendente se venía negando a dar alguna explicación del despido, y menos a recibir al compañero.

Sin embargo, la pelea dada por el compañero arrancó una reunión, en la que el ejecutivo local no cambió la posición de dejar sin trabajo a José Barrios. Es más, desde el municipio se buscó ensuciar la reputación del compañero con la clara intención de justificar lo injustificable. Por lo tanto la lucha continuará.

Cabe recordar que el compañero viene trabajando en el municipio hace 15 años en negro, y lleva 3 años y tres meses como contratado. A esta altura el compañero debe estar en planta permanente, con todos los derechos plenos de trabajador estatal.

Casos como el de José dan cuenta de que la precarización laboral en el ámbito de los municipios viene siendo una política de Estado, que tienen a los gobiernos municipales entre uno de los agentes de la precarización. Se trata de una franja de trabajadores estatales que no cuentan con derechos elementales que son negados por intendentes ajustadores.

El Sindicato de Trabajadores Municipales de Jesús María se solidarizó y se puso a disposición de la lucha que lleva adelante José Barrios. Una solidaridad de clase, y un ejemplo a seguir. La pelea por defender los puestos de trabajo, salarios y jubilaciones son claves para torcerles el brazo a los gobiernos ajustadores, y abrir curso a todos los reclamos pendientes del movimiento obrero, para que la crisis la paguen los capitalistas.