Los resultados de las elecciones del 4 de septiembre en UEPC, donde se presentaron tres listas: Celeste, Pluricolor (Naranja ex celestes, IS, MST, PCR, Libres del Sur, Patria Grande y CTA) y la Fucsia (Tribuna Docente-Docentes De Base y delegados autoconvocados) muestran un retroceso de la oficialista lista Celeste. Esto se debe a su profundo entrelazamiento con el gobierno provincial y nacional, y a su apoyo a los planes de ajuste, lo que le provocó un quiebre total con la base docente.

A eso se suma la división que hay dentro de sus filas entre kirchneristas y delasotistas, al punto tal que un sector interno votó por la Pluricolor. La Celeste estuvo a poco de perder la capital, el distrito más importante y más opositor (Celeste, 2,492; Pluricolor, 2.106; Fucsia, 656). En las escuelas, la Celeste perdió; entre los jubilados retrocedió.

La única razón por la que no fue desplazada de la capital se da porque la oposición fue dividida. Los ex celestes de la Naranja, la cabeza de la Lista Pluricolor, jugaron un papel divisionista que impidió el frente único.

Primero, intentaron disolver el plenario de los autoconvocados, que se desarrollaba con todo el activismo para armar una lista que desplace a la Celeste. Este plenario había sido mandatado por la gran autoconvocatoria que, a principios de año, enfrentó el congelamiento salarial de De La Sota y la entrega de Monserrat.

Luego, vetaron a la Fucsia (especialmente a Tribuna Docente) de la conformación de una lista unitaria, a sabiendas de que esto impedía recuperar la capital.

La campaña de Tribuna Docente-Lista Fucsia por un frente único comenzó en 2014, cuando difundimos una carta abierta a las agrupaciones opositoras para recuperar UEPC. A partir de allí, batallamos por una lista unitaria y estuvimos al frente de todos los reclamos y las luchas docentes.

Nuestro planteo, además, siempre fue absolutamente democrático. Insistimos en elegir los candidatos de la lista única en asamblea, o en una interna, o a través de un acuerdo que respete el desarrollo de las agrupaciones que lo integrarían. Todo ello fue desechado porque la Naranja, históricamente, desarrolló el planteo de dividir a la oposición, esencialmente porque es una corriente burocrática, que atacó todos los procesos de lucha autoconvocados. Esperamos que los luchadores que integraron la Pluricolor sepan sacar las conclusiones del caso.

La Fucsia conquistó dos delegados departamentales por la capital, en una asamblea en la que, si bien la Celeste tendrá la mayoría, hubo un avance de la oposición. Además, nos presentamos en el departamento Colón y, por primera vez, en Río Segundo y Punilla con listas de lujo, compuestas por referentes de las luchas autoconvocadas de cada distrito.

Desarrollamos una campaña extraordinaria, militante, que recogió el apoyo de cientos de docentes afiliados y desafiliados. Agrupamos a muchísimos docentes a través del desarrollo minucioso de todos los puntos del programa de cada nivel y modalidad.

El programa y la votación de la lista Fucsia son un mandato para comenzar ya mismo la lucha por la reapertura de las paritarias y por frenar el nuevo ataque a las jubilaciones que Schiaretti trae bajo el brazo con el total aval de la Celeste.

La Celeste fue derrotada en las escuelas. Esto plantea la tarea de lanzarnos a elegir delegados antiburocráticos en todas las escuelas que expresen y luchen por los reclamos de la docencia en todas las asambleas y departamentos de la provincia.

El derrumbe de la Celeste, particularmente en la capital, y el avance de la oposición en toda la provincia, dejan planteada la recuperación del sindicato. La necesidad de un frente único de la oposición plantea la necesidad de luchar contra las maniobras divisionistas, que son las únicas que le permiten a la burocracia Celeste sostenerse a la cabeza del sindicato.