Sindicales

30/11/2000|690

Corte de puente durante 36 horas

En Neuquén el paro se desarrolló con un corte de los puentes que unen toda la región, desde el mediodía del jueves hasta las 19 horas del viernes.


El piquete fue sostenido por los gremios de la CTA, organizaciones de desocupados y los partidos de izquierda, tras la movilización y acto de inicio del corte en conjunto con la CGT y la CTA de Río Negro. Estos últimos, a su vez, cortaban el acceso a los puentes desde el lado rionegrino. El corte de los puentes (escenario de uno de los episodios de lucha y represión de la gran huelga docente del año ’97) y su duración fueron anunciados por una Multisectorial que coordinó la medida con una semana de anticipación. El gobierno no pudo impedirlo, porque la crisis general del régimen político-social y la gran huelga nacional de 36 horas le ponían un ‘blindaje’ a la medida de fuerza. Las patronales (entre ellas la antiobrera concesionaria del peaje) y el gobierno, tuvieron que meter violín en bolsa y aguantar, apretando los dientes, una grandiosa demostración del poder de la clase obrera en lucha por sus reclamos. Este hecho, de la más profunda significación política, no fue puesto de manifiesto por ninguno de los “analistas” periodísticos que se devanan los sesos buscando una justificación al masivo paro en “los temores de la población”. En Neuquén (y en todo el país) los únicos que temían algo fueron la burguesía y su gobierno. Temían que el paro desplegara todas las potencialidades de huelga general incubadas en su seno, preparada y sostenida por miles de activistas de una vanguardia que emerge para cambiar la historia. En la tribuna levantada para el acto, el orador del PO fue el único que dijo que “las condiciones de la huelga general están dadas”.


Ante pequeños incidentes en la tarde del jueves, se puso a debate entre las organizaciones el levantamiento del corte, antes de que oscureciera, dado que por la noche la masividad del piquete caería y podía haber provocaciones. Se hicieron dos plenarios de las organizaciones, previas asambleas de cada sector, para tomar una decisión.


ATE y Aten, en votación dividida, decidieron levantar el corte. Las organizaciones políticas, excepto el PO y el Ptp, optaron por subordinar su posición final a lo que decidiera la CTA. Hubo un tenso debate. A la hora de definir y pasar listado de la fuerza militante que garantizaba cada organización para sostener el corte por la noche, se superó ampliamente el piso que se había planificado como aceptable. Ganó la posición de quedarse.


El piquete se mantuvo numeroso durante toda la noche. Se garantizó la seguridad y se sostuvo así la continuidad del corte. Durante la noche incluso hubo suficiente militancia para que una parte fuera a la vecina Cipolletti, donde la policía lanzó una brutal represión sobre una barriada.


Al finalizar el acto en el corte en Neuquén, y ante la amenaza de una nueva represión policial sobre el barrio de Cipolletti, una nutrida caravana salió del piquete y fue hasta allí. El corte sirvió de marco, ante la iniciativa de la Coordinadora de Desocupados de Neuquén, para una reunión de distintas organizaciones allí presentes. Se realizó un Encuentro que tomó medidas para la continuidad de la lucha.


El corte se transformó en un gran factor de maduración política del activismo con los debates de los plenarios para decidir la continuidad, con medidas organizativas de los desocupados y la iniciativa de responder a la represión en Cipolletti (impulsada por el PO).