Sindicales

20/10/2016|1433

Cresta Roja: provocación a los trabajadores ¿Vuelve Rasic?


“-¿Por qué quebró Cresta Roja?


-Primero, por la gente.”


 


Las declaraciones de Karina Rasic a La Nación del domingo (16/10) son elocuentes. Si algo le faltaba a los trabajadores de Cresta Roja era que la hija del dueño que la llevó a la quiebra los señalara como principales responsables de la catastrófica situación. “Quebramos porque no nos dejaban echar con libertad”, dijo, con total descaro.


 


Rasic -ex directiva de la empresa- habló también con despecho del gobierno kirchnerista, pero omitió mencionar el crecimiento exponencial de sus ingresos a partir de su asociación con los K y los beneficios que le reportó, en particular la exportación de pollos a Venezuela.


 


Sobre la friolera de 26.000 millones de pesos recibidos por la empresa en carácter de subsidios, declaró que era “una barbaridad” pero sin negarlo. Tampoco niega tener cuentas offshore. Simplemente se burla porque “no las encuentran”.


 


Sobre el STIA (Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación), Rasic denuncia que “es un desastre”, pero omite que la asociación directa entre el empresario Milenko y la dirección Verde le permitió durante años trabajar días en negro con la aprobación sindical. Entonces los vaciadores de Cresta Roja aprovechaban el “desastre” Verde. Rasic coincide plenamente con el secretario general del STIA, Luis Morán, en responsabilizar a los trabajadores por la quiebra y sobre todo a la izquierda. Como ocurrió durante tantos años, a la Verde y a Rasic no los vuelve a unir el amor sino el espanto (por los trabajadores).


 


Tal vez el dato más importante del reportaje es el manifiesto favoritismo de la familia Rasic por Granja Tres Arroyos como continuador, en horas decisivas sobre la continuidad de la quiebra. Karina Rasic incluye un manto de sombras sobre un posible retorno de Milenko al mercado avícola al decir que “si yo estuviese en el mercado, me prepararía. En la avicultura, muertos que resucitaron hay un montón”. Es posible que detrás de la oferta del Grupo Tres Arroyos se opere un “operativo retorno” de los Rasic a Cresta Roja, lo que explicaría su reaparición pública.


 


El razonamiento que expresa “la hija” Rasic es el único que conocen los empresarios: luego de levantar la guita a carradas, el descalabro capitalista debe ser pagado por los trabajadores y, si se resisten a pagarlo, serán responsables de la quiebra.


 


Los trabajadores de Rasic han luchado como nadie contra los planes de ajuste de los Rasic. Es hora de explotar la discusión de la quiebra en favor de nuestras reivindicaciones: que no se firme un acuerdo sin que incluya la reincorporación de todos los despedidos y la restitución de todos los beneficios salariales perdidos.