Sindicales

11/8/2011|1189

Cristina, no mientas

Seis semanas de huelga general arrancaron los actuales salarios docentes universitarios

Agrupación Nacional Naranja de Docentes Universitarios

Con motivo del 25 aniversario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) -la patronal universitaria- CFK pretendió apropiarse de la más formidable lucha docente estudiantil de todas las universidades del país.

La Presidenta afirmó que “el incremento del salario del personal académico ha sido en estos ocho años del 525%” y que “si lo hubiéramos prometido en el 2003, nos hubieran tildado de mentirosos y demagógicos”.

Desde 1998 hasta 2005 no percibimos ninguna recomposición salarial sino una fragmentación salarial creciente, un cúmulo de pequeñas sumas fijas en negro y una caída abrupta del gasto universitario que nos llevó a los niveles de Guatemala. Un ayudante de primera recibía de bolsillo un salario “conformado” de $70 (sí, setenta pesos). El derrumbe edilicio completaba (y completa) el escenario.

Como resultado de la lucha se recuperaron centros y federaciones universitarias, como la FUBA, y se crearon nuevos sindicatos docentes dispuestos a enfrentar esta situación. La fundación de la AGD-UBA y la posterior de la CONADU Histórica son una parte fundamental de este período preparatorio.

En el primer cuatrimestre de 2005 y ante el ascenso del movimiento, se conquistó una paritaria restringida que fracasó. En el segundo cuatrimestre, la negativa cerrada del gobierno al blanqueo salarial desata la huelga general que se desarrolló a lo largo de seis semanas. El gobierno y el CIN negaron cerradamente la reivindicación.

Durante ese mes y medio de huelga se realizaron innumerables asambleas en los lugares de trabajo, con la participación de decenas de miles de docentes, investigadores y creadores universitarios. En las calles se movilizaron decenas de miles de estudiantes, docentes, padres y sectores populares que tomaron nuestra lucha en defensa de la universidad publica estatal y gratuita como propia.

Este fue el movimiento más masivo desde la huelga general de 1987, durante el gobierno de Alfonsín, cuando conquistáramos la media canasta para el cargo testigo y el nomenclador.

Ante tal movimiento el gobierno y el CIN retrocedieron y los docentes con nuestra lucha dimos un mazazo a la política de los 90 de salarios en negro, el desconocimiento del nomenclador y sideral incremento de los ad honorem, conquistando 3000 rentas para aquellos trabajadores que pagan por dar clases o investigar.

Es así que entre 2005 y 2007,  se efectivizó el blanqueo de los salarios, tuvimos un incremento del salario real.

Pero luego, a través de una política de techos salariales y en las cooptación de las burocracias sindicales (Conadu, Ctera, Fedun, UDA), sean de la CTA -ala Yasky- o la CGT, nuestra recomposición salarial se estancó y a duras penas acompaña la inflación. Tal es así que para alcanzar la media canasta para el cargo testigo, que conquistáramos en 1987, deberíamos arrancar un incremento del 70% por sobre el salario actual.

Lo de Cristina es pura demagogia electoral y, además, un plato recalentado.

Por ello, continuamos la lucha por un convenio colectivo de trabajo -del que carecemos los docentes universitarios nacionales, la triplicación del presupuesto, el salario para los ad honorem y por la media canasta familiar para el cargo testigo.