Luego de cinco meses y medio desde la apertura de la paritaria, el viernes 18 los bancarios nos enteramos del acuerdo a través de los diarios.

Se trata de un 24,5% en cuotas, que arranca con tres meses al 19,5% y resulta un 23,1% en el año. No se acordó sobre el impuesto a las ganancias, lo cual implica que el aumento se reduce a un porcentaje inferior. Tampoco nada sobre un salario proporcional del trabajo insalubre en los call, ni las horas extras en sucursales. Los reclamos por condiciones laborales quedaron para la tribuna.

La semana anterior al acuerdo, cuando las patronales no se movían del 18%, el sindicato se había visto obligado a convocar una movilización nacional. Cuando las sucursales bancarias eran un polvorín a la espera de novedades salariales, el hermetismo de las internas adictas a la dirección del sindicato fue rotundo.

¿Por qué, entonces, con un gremio de pie, la dirección de La Bancaria firmó un acuerdo ruinoso? Simple, en el plenario de delegados generales de La Bancaria se informó que la Presidenta de la Nación, personalmente, se encargó de reclamar que lo hicieran.

La oposición en el gremio, las internas del Provincia seccional Buenos Aires, el Ciudad, el Credicoop, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Pedían un aumento del 35%, pero nunca salieron del paraguas del sindicato.Un proceso paritario en el cual los bancarios hemos financiado durante seis meses a los bancos a tasa cero, para terminar firmando a la baja, nos demuestra que la dirección del gremio es una expresión acabada que debemos superar. La tarea es recuperar todos los órganos de representación para el activismo independiente, empezando por las comisiones gremiales internas que hoy están en manos del 'zanolismo sin Zanola'. La cuestión de la reapertura de la paritaria en función de una actualización por exceso inflacionario pasará a ser un reclamo necesario, más temprano que tarde.