En una carta dirigida a los afiliados, Guido Dreizik, principal candidato de la Lista Verde para las elecciones del 8 de agosto y actual secretario general de la CTA provincial, informa que renuncia a su candidatura para ser reelegido como titular de la CTA provincial donde va con una lista, que marcha dividida en dos en el principal distrito, que es el de la Capital.

En la misiva, el candidato renunciante plantea que en las elecciones “apareció con absoluta impunidad y falta de respeto una irracional disputa entre compañeros que no hace otra cosa que adelantar la interna del año que viene cuando se hagan las elecciones de la ATE” y agrega que “la CTA no pudo tener una estrategia común para enfrentar las políticas del gobierno provincial” y que  “la desmedida codicia de los grupos que se disputan la ATE hace imposible continuar (ya que) lo único que les interesa es la caja”.

Si bien la denuncia de Dreizik se asienta en un hecho real, en una carta pública de la Lista Naranja de la Coordinadora Sindical Clasista (CSC) planteamos nuestra negativa a caracterizar en términos personales esta “disputa y codicia”. Y, sobre todo,  a  que se le oculte  al activismo, al electorado y al conjunto de los trabajadores las razones por las cuales  la CTA está sufriendo este proceso de descomposición y disgregación, para que el conjunto de sus afiliados pueda  revertir esta tendencia.

En la declaración destacamos que la renuncia de Dreizik no es un rayo en cielo sereno. Se enmarca en el proceso que actualmente atraviesa la CTA: está dividida en tres centrales y su conducción no protagoniza ninguna de las grandes luchas que viene dando la clase obrera. Esto, a pesar de que sus gremios están siendo atravesados por masivos despidos y paritarias a la baja. 

Este lugar ha sido ampliamente ocupado por la izquierda y el activismo que, al último paro general del 25, le imprimió un carácter activo y lo dotó de un programa de lucha.

La CTA en la provincia, al igual que a nivel nacional, no sólo nunca llegó a ser una alternativa a la CGT sino que reprodujo sus métodos antidemocráticos y, al igual que toda la centroizquierda, ha dado apoyo a variantes patronales, empezando por la Alianza de De la Rúa-Cavallo, han participado de los Consejos Consultivos en época de Duhalde y se acercaron políticamente al kirchnerismo para terminar apoyando los reclamos de la Sociedad Rural y las patronales agrarias en 2008. 

En Córdoba, obtenido por un fallo de la Corte Suprema, la reposición de los descuentos sindicales que el gobierno de De la Sota le quitara a ATE, aumentó sustancialmente los recursos económicos del sindicato y, en igual medida, su faccionalismo interno. También el ataque al activismo que, de distintas formas, buscaba enfrentar las  políticas de ajuste del gobierno provincial en los hospitales y en las  reparticiones.

Es claro que el nuevo armado político de Lozano y “Cachorro” Godoy (En Marcha) no sólo traerá nuevas disputas por la caja de ATE, sino que reforzará la tendencia de la central a ser nuevamente furgón de cola de las políticas de ajuste de gobiernos capitalistas. La teleconferencia que recientemente tuvieron funcionarios del Fondo Monetario Internacional con el triunvirato de la CGT y Claudio Lozano de la CTA es una clara muestra de esto.

En el vértice opuesto, decenas de sindicatos, centenas de comisiones internas y delegados y miles de activistas pusimos en pie el Plenario de Lanús y votamos un planteo de paro activo nacional de 36 horas y plan de lucha, justamente alrededor de un programa integral alternativo al de la burguesía para activar toda la fuerza social de la clase obrera. 

Es claro que la CTA no tiene rumbo con estas burocracias de tipo centroizquierdistas. 

Desde la 6 Multicolor llamamos a sumarse a nuestra lista y a votar por los candidatos del clasismo y de los luchadores. Necesitamos un movimiento obrero movilizado, que imponga la reapertura de las paritarias, que pelee por la democracia sindical, que establezca los mandatos de asambleas y paritarios electos por los trabajadores. 

Le urge a los trabajadores superar a la burocracia sindical y poner en pie una nueva dirección en los sindicatos que pueda explotar la irrupción de la clase obrera en la escena nacional con el método de la huelga general para derrotar la política de hambre de Macri, los gobernadores y el FMI.