Sindicales

28/10/2010|1152

CTA: la vieja burocracia se hunde en su laberinto

Por un congreso de delegados electos en los lugares de trabajo

El comité arbitral de los “abogados notables” -designados por Yasky y por Micheli para resolver el recuento democrático más largo de la historia- no ha logrado su cometido. Ahora Micheli acusa a tres de ellos de inclinarse ante los requerimientos de Yasky. El fallo de los sabios ha perdido su condición de inapelable, que fuera la condición que alegaron para rechazar, sin prestar la menor atención, las denuncias de fraude presentadas por la lista de Unidad Clasista.

Ocurre que los abogados han recomendado hacer de nuevo la elecciones en tres provincias: Mendoza, Tucumán y Misiones, así como en 48 urnas adicionales de varias otras. Notablemente, han desechado repetir las elecciones en Santa Fe, donde el fraude de Yasky fue mayúsculo. Micheli acepta la repetición en tres urnas de Jujuy, donde nadie pudo controlar nada debido a la acción de la patota de Sala.

Pero el problema está lejos de agotarse allí. El comité arbitral no puede convocar a nuevas elecciones, la Junta Electoral tampoco; no tiene atribuciones para ello. Las elecciones las tendrán que ser convocadas -y organizadas- por el secretariado nacional, cuyo mandato está, sin embargo, vencido. Es decir que la convocatoria deberá pasar por un acuerdo entre las fracciones enfrentadas.

Micheli rechaza la recomendación del comité arbitral de realizar nuevas elecciones en Misiones y asegura que ninguna elección podría alterar el resultado, pues le seguiría dando a la Lista 1 una ventaja de 11.500 votos en lugar de los 18.000 iniciales. Ahora bien, esos 11.500 votos son menos que los 13 mil de diferencia que Milagro Sala le puso con la mano a la Lista 1 en Jujuy, antes de irse de la CTA mediante un congreso de la Tupac Amaru. Es decir que la victoria de Micheli quedaría asentada en los votos “territoriales” y fraudulentos de una organización que no está más. Por otro lado, Micheli adelantó en un debate con nosotros en TN, que en Tucumán su apoyo no es la Lista 1 misma, sino la lista local número 6, la cual no reconoce el tribunal arbitral, de lo que se deduce que no aceptaría nuevas elecciones, al menos en la categoría provincial, lo que dejaría a Micheli sin apoyo local.

Yasky debería entonces aceptar todas estos condicionamientos del degennarismo para consensuar las nuevas elecciones parciales. La Junta Electoral convocó una reunión de la vieja dirección para el 1º de noviembre, con el objeto de intentar un acuerdo de elección complementaria para el 24 del mismo mes.

Se hagan o no se hagan, la crisis de la dirección de la CTA es irreversible. La vieja dirección unida de la CTA se presentó dividida en dos en la colosal movilización nacional contra el asesinato de Mariano Ferreyra por una patota de la burocracia sindical; el paro de ese día fue parcial en ATE, el subte se movilizó independientemente. Milagro Sala boicoteó en Jujuy esa misma movilización y los gremios de la CTA que nunca paran, tampoco pararon para repudiar el asesinato -llámense Neumático, Aeronáuticos o UPTBA, en donde lo que se paró, se hizo en contra sus direcciones. De esto surge que cualquier compromiso no impediría que emerja una central descuartizada.

La CTA no está a la altura de canalizar el movimiento antiburocrático contra la patota sindical, debe ser reorganizada ella misma. Por un Congreso de Bases de toda la central y en cada una de sus seccionales para romper con el gobierno, decidir un programa y un plan de lucha, y elegir las direcciones que lo lleven adelante.