Sindicales

2/1/2017

CTA: No hay dos sin tres

Una nueva fractura divide a la CTA Autónoma.


Los portales de hoy anuncian una nueva división sindical, ahora en el seno de la CTA-Michelli, encabezada por su secretario adjunto, Ricardo Peydró, del sindicato de Agentes de Propaganda Médica. Con él, dieron el portazo la Federación de Portuarios y el gremio de los Jerárquicos del Cuero, que se suman a la facción de Hugo “Cachorro” Godoy y de Víctor De Gennaro, ambos de ATE.


La noticia, sin embargo, no pasa de un blanqueo. La fractura lleva casi un año, pero hoy queda oficializada porque la facción de Peidró abandonó la sede de la CTA-A de la calle Lima.


Los emigrados de “la CTA-Perón” se mudaron a un edificio sobre la calle del mismo nombre, lo que parece haber sido en motor de su identificación.


Lucha de camarillas y aparatos


Esta nueva fracción agudiza la desintegración de la central, fundada en 1992 por De Gennaro, cuando un grupo de gremios, especialmente estatales, se escindió de la CGT para ubicarse en el campo de la burguesía centro-izquierdista, que se postulaba como recambio al agotamiento del menemismo. De Gennaro, Godoy, Yasky y Micheli arrastraron a sus gremios detrás de la patronal opositora al peronismo, con el Frepaso, primero y con la Alianza, después.


El comienzo de la disolución de la CTA se genera en el 2010, cuando la dirección de “la Central” se parte en dos, detrás de una u otra de las variantes en las que se quebró el centroizquierda: una con el gobierno K (Yasky) y otra, con la Mesa de Enlace de los sojeros y la SRA (Micheli-De Gennaro-Godoy).


La CTA (o las CTAs) llegan al gobierno de Macri en estado de desintegración. Los gremios que la componen han quedado pulverizados, como es el caso de ATE, que se encuentra partido en tres. Tanto Godoy como Micheli, por el lado de la CTA-A, dejaron pasar cientos de miles de despido entre los estatales y paritarias a la baja en todos sus gremios, sumidos en la impotencia.


Micheli perdió el control de la seccional Capital de ATE a manos del kichnerismo, cuando armó una lista competidora de Godoy, permitiendo el triunfo de la lista Verde-Blanca de Hugo Yasky y Daniel Catalano, en actual secretario general de ATE-Capital. De ahí que las “diferencias” se resuelvan por métodos de aparato (“la estrategia de pinzas de Godoy/De Gennaro sobre Micheli incluye una asfixia financiera que lo ponen incluso al borde del desalojo en la sede de Lima y con poco margen de acción”, en Infogremiales, 2.1).


El sector crítico que emigra con la dirección de ATE-Godoy dice enarbolar “fuertes diferencias con la conducción de la CTA Autónoma”, entre ellas “no haber propiciado la participación de los distintos sectores en los ámbitos de discusión gremial” (Crónica, 2/1). Sin embargo, Godoy y De Gennaro, en su gremio, tienen prohibida la representación de las minorías en sus cuerpos directivos y que no convocan a un plenario provincial de delegados con mandato desde hace décadas.


Micheli dice que la ruptura responde a su enfrentamiento al armado de Víctor De Gennaro, la Unión Popular. Hasta ayer nomás, Micheli coqueteaba con Margarita Stolbitzer y Sergio Massa.


La división y descomposición de la CTA conocerá nuevos capítulos, tironeada por facciones sujetas al carro de los partidos patronales.


Es necesario reconstruir la CTA sobre nuevas bases, a partir de un programa independiente, de movilización y defensa de los trabajadores, en base a la deliberación de los trabajadores y una nueva dirección; para que la crisis la paguen los capitalistas, es necesario poner fin de la tregua de la burocracia sindical y desenvolver los métodos de lucha de la clase obrera.

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