Sindicales

25/11/2010|1156

CTA: qué hacemos ante la fractura

La crisis política de la vieja burocracia de la CTA fue más fuerte, el verdadero resultado de las elecciones del 23 de septiembre no se supo, no se sabe ni se sabrá nunca. La CTA está rota. El comité de abogados notables, que designaron Yasky y Micheli para dirimir el enigma, se disolvió.

La prórroga del mandato por parte del ministro kirchnerista Carlos Tomada a la vieja conducción, la cual encabeza Yasky tuvo el indisimulable objetivo de preparar la fractura, de tal modo que el kirchnerista Sabbatella se quedara con el aparato nacional.

Ambas listas están pensando ahora en llamar elecciones por separado. En qué cabeza cabe semejante cosa. Están pensando en los fueros gremiales, en la inscripción del Ministerio, en el manejo de las cuentas bancarias (hoy en manos de Yasky), en el reconocimiento de la OIT, en los subsidios de las organizaciones internacionales, en la participación en el nefasto Consejo del Salario mínimo, entre otras perlas. Ajenos a la idea de cómo reorganizar la central -cuando arrecia la crisis política de la burocracia de los Moyano y los Pedraza, cuando emerge un fabuloso movimiento de lucha contra la precarización laboral entre los tercerizados de todo el país y hay que enfrentar el planteo oficial de un pacto social para maniatar a los trabajadores.

Los de Yasky ya actúan en sintonía con el moyanismo, tomando como pretexto el reparto de ganancias. Micheli no abre la boca, pero sigue a Proyecto Sur que se manifestó a favor.

En la CTA-Micheli se abrió un debate entre una línea partidaria de ganar la calle por algunas de las reivindicaciones urgentes y otra partidaria de desensillar hasta que aclare, pero que especula con un ‘nuevo’ kirchnerismo.

Llamamos a los activistas y afiliados a la CTA a repudiar la política liquidacionista de ambas fracciones, responsables por la crisis, y advertimos de la tendencia, incluso en la fracción de De Gennaro, de desarrollar una alianza con los K -al estilo que le viene imprimiendo el ‘agrarista’ Buzzi. Sobre esta base, llamamos a iniciar una discusión clara y sin concesiones para evitar la dispersión de lo más luchador y activista de la CTA, para trazarnos una política de recuperación de los sindicatos, o sea para poner fin a la burocracia de la CGT y de la CTA y desarrollar auténticas direcciones obreras, sobre la base de la independencia de clase y no de los fondos estatales y paraestatales.