Sindicales

28/7/1993|397

¿“Cupos de importación” o escala móvil de horas de trabajo?

En los últimos meses, las patronales de la construcción han comenzado a “importar” obreros, en particular del sur del Brasil. Los trabajadores “importados” cobran apenas la tercera parte de lo que cobran los argentinos, viven en galpones de propiedad de las empresas y carecen de toda cobertura médica o jubilatoria. La aplastante mayoría de los “importados” son indocumentados y, por lo tanto, son sometidos a condiciones inenarrables de explotación y a arbi­trariedades sin fin ya que no pueden recurrir ni al sindicato ni al Ministerio de Trabajo para denun­ciarlas. También se ha denunciado que Telefónica y Telecom han contratado un numeroso plan­tel de trabajadores extranjeros.


Para las patronales, la importación de obre­ros es un “recurso “para reventar los convenios, reducir los salarios y obligar a los trabajadores a “flexibilizarse”. La “importación” de obreros de la construcción ha ido creciendo con los acuerdos del Mercosur. ¡Si hasta se han forma­do consorcios argentino-brasileños dedicados al reclutamiento y la “exportación” de trabajado­res del sur del Brasil! Golpea especialmente a la industria de la construcción porque, a diferencia de otras ramas donde los pulpos pueden trans­ferir la producción de un país a otro, no pueden transferir las obras. El “Mercosur” ha reimplantado el tráfico de esclavos entre los trabajadores de la construcción.


Frente a este ataque patronal, la burocracia de la Uocra reaccionó atacando… a las víctimas, no a los victimarios. Gerardo Martínez acaba de reclamar al gobierno que fije un “techo “del 20% a la contratación de trabajadores extranjeros. De las condiciones de trabajo y los salarios, ni hablar


…De tanto “codearse” con los explotadores, la burocracia ha terminado adoptando el “reme­dio” cavalliano a las “asimetrías del Mercosur los “cupos de importación”.


La directiva de la Uocra sostiene una posi­ción acabadamente reaccionaria y antiobrera, algo completamente natural en quien ha vendido su alma a los explotadores y privatizadores. La burocracia del “club de amigos” renuncia a la primera y elemental obligación de un sindicato que es de no fomentar la competencia y las divisiones entre los obreros. Precisamente, los sindicatos nacieron hace más de dos siglos cuando los trabajadores —a los que la experien­cia les había demostrado que la competencia entre ellos favorecía siempre a las patronales— buscaron la forma de presentarse unidos frente a los explotadores en la negociación de sus sala­rios y sus condiciones de trabajo.


El primer deber de la Uocra no es reclamar Ia expulsión de los extranjeros, sino exigir el mismo salario y las mismas condiciones de trabajo para todos los obreros de la construcción, sean argentinos o extranjeros, tengan papeles o no los tengan. Y si “el trabajo escasea”, la obligación del sindicato es luchar para que sean las patronales —y no los trabajadores— las que paguen lo costos de la crisis capitalista. La consigna, entonces, no son los “cupos de importación” sino los reparto de las horas de trabajo entre todos – argentinos y extranjeros— sin afectar el salario


Los trabajadores no podemos aceptar ninguna discriminación; mucho menos promoverla. Nuestros enemigos no son los explotados brasileños, sino los explotadores argentinos y los burócratas que los defienden.