Sindicales

31/1/2008|1025

Dana Spicer: Reincorporación inmediata de los despedidos


En la noche del viernes 18, una asamblea de trabajadores de Dana levantó el acampe y piquete que mantenían desde el 6 de enero en la puerta de la fábrica (de engranajes para automotrices) en reclamo de la inmediata reincorporación de los 60 despedidos.

El día anterior, la patronal había intimado al resto de los trabajadores a presentarse a trabajar al día siguiente. Para ello se montó un mega-operativo policial afuera y adentro de la planta.

El mismo viernes 18, los compañeros se enteran de un acta firmada una semana antes en el ministerio de Trabajo de La Plata entre la patronal y el Smata por la cual la burocracia acepta la "reestructuración productiva" que planteaba la patronal, y solicita la reincorporación de sólo 18 de los 60 despedidos. Estos 18 compañeros aún no han sido reincorporados; todo indicaría que, si los reincorporan, sería en la planta que la misma multinacional tiene en Pacheco y con un convenio inferior (UOM). En esa planta, hay también alrededor de 20 despidos.

Desde ese día dentro de la fábrica se vive un verdadero estado de sitio, con la presencia policial permanente dentro de la planta; hasta para ir al baño la policía escolta a los compañeros. Los trabajadores denuncian que la empresa dispuso ahora que en algunas líneas donde trabajaban ocho compañeros trabajen cuatro, aumentando los ritmos de producción, acortando a la mitad los refrigerios y reduciendo en diez minutos el tiempo para comer.

Pese a las presiones patronales, la militarización y la feroz patoteada de la burocracia del Smata (que agredió físicamente al acampe), los trabajadores siguen firmes con nuevas iniciativas y un fondo de lucha. El miércoles 23, se movilizaron al Ministerio de Trabajo para reclamar la reincorporación y marchando luego hasta las oficinas que la empresa posee en Libertador al 600.

Están preparando para los próximos días una movilización común con Parmalat, Fressenius y otras fábricas en lucha de la zona norte.

Dana es un caso testigo de la ofensiva general de las patronales, la burocracia y el gobierno contra el activismo obrero combativo en el marco de las próximas paritarias. Dentro de los despedidos hay delegados antiburocráticos y activistas que desde el 2000 lograron, entre otras conquistas, la estabilidad laboral y el reconocimiento de categorías.

El conflicto está en una etapa dura y complicada. Está planteado la necesidad de extender, junto al plan de lucha, una gran campaña de solidaridad.