La empresa Danone de La Serenísima, debido a que pertenece al rubro de las alimenticias, ha permanecido produciendo en todo momento desde que comenzó la pandemia. Como han demostrado las últimas estadísticas, la rama láctea está entre las grandes ganadoras en esta situación, debido a un fuerte crecimiento del consumo durante la cuarentena. Sin embargo, esto no trajo ninguna mejora para los trabajadores, lo que genera un creciente malestar.

En particular en la planta de Longchamps, la patronal no solo no reporta los beneficios obtenidos del crecimiento de la venta de sus productos sino que desde hace un tiempo decidió avanzar contra las condiciones y los puestos de trabajo. A las problemáticas generales que tienen todos los trabajadores lácteos, con paritarias congeladas, flexibilización del convenio colectivo y la subcontratación, se suman aquí los despidos encubiertos bajo la forma de retiros voluntarios y el desconocimiento de protocolos para la prevención del Covid-19. Incluso circulan sospechas sobre casos de positivos ocultados por la empresa, debido a los manejos irregulares con quienes presentaban síntomas.

La patronal aduce una supuesta crisis del sector, motivo por le cual debería prescindir de gran parte del personal. Van quitando las horas extras, los feriados con opción laboral e incluso intentan avanzar contra el sistema de trabajo 7×2. Ante semejantes ataques, el sindicato Atilra no cumplió siquiera las medidas de fuerza que había convocado e incluso levantó el paro del lunes 13 antes de que se cumplieran las 24 horas del mismo.

Esto vale para las dos corrientes políticas del sindicato que actúan en la planta. La Comisión Interna está dividida entre los que apoyan a la dirección nacional de “Etin” Ponce y de la seccional, y un sector díscolo cuya cabeza local es Oliva, quien se referencia en el moyanismo. Ninguna de las dos variantes da respuesta a las problemáticas mencionadas, su iniciativa se agota en una demagogia discursiva sin acciones de lucha concretas. Por fuera de la planta, finalmente, los une su adhesión al gobierno de Fernández.

Los trabajadores de Danone en Longchamps debemos exigir que se abran canales de deliberación, virtuales y presenciales, para debatir cómo desbaratamos los argumentos de la patronal y oponemos un plan de acción en defensa de todos los puestos de trabajo, para conquistar el pase a planta de todos los tercerizados, garantizar las condiciones laborales y que se amolden a las necesidades de producción sin afectar el salario.

Los límites de las medidas de la dirección de Atilra demuestran una vez más que el cuadro de ataque a los trabajadores requiere de una intervención decidida de los mismos, que ninguna de las variantes del sindicato está dispuesta a promover. Solo poniendo en pie estas instancias de deliberación colectiva podremos impulsar un plan de lucha por las demandas generales del conjunto del gremio.