Sindicales

31/5/2007|994

De Tosco a Alderete

En Nuestra Propuesta (órgano del PC) número 825, Mario Alderete se “lamenta” de la falta de apoyo de CTERA a nuestra lucha docente de Santa Cruz y sostiene la necesidad de “destrabar” el conflicto mediante una mesa entre Nación, Provincia, CTERA y ADOSAC. El lenguaje de Alderete es harto interesante, porque hasta ahora los obreros buscábamos ganar las luchas y no ‘destrabar conflictos’, ni tampoco ‘lamentábamos’ las traiciones de los burócratas sino que las denunciábamos. De todos modos, el gobierno y los burócratas ya habían tomado las medidas que tardíamente aconsejaba Alderete, incluso ‘apretados’ por la corruptela de Skanska-Techint-Gotti. Desde esta posición ‘clasista’, Alderete se toma el tiempo de acusarnos por los largos años de salarios congelados en la provincia. Es decir que el congelamiento y el presentismo y los adicionales en negro no los impuso Kirchner sino la política del Partido Obrero. Alderete opina desde el otro lado de la barricada. También apoya a la “nueva conducción plural” de ADOSAC, que “habría abierto la puerta” a una “lucha que estuvo contenida”, sin hacer mención a que negoció a tres mil kilómetros de distancia para dejar en pie el presentismo y aceptar un básico inferior a la mitad del reclamado, además de conformarse con una promesa de palabra sobre el pago parcial de los días de huelga. Los activistas de base, los delegados y, entre ellos, nuestros compañeros del PO le ganaron, a partir de este momento, todas las asambleas a la conducción ‘plural’ de Adosac —hasta el momento en que se votó suspender la huelga por agotamiento. Pero no las movilizaciones ni la carpa.


Alderete pretende ignorar que la dirección de ADOSAC que recuperó el gremio hace una década y media era un frente único de varias tendencias, ¡incluido el partido comunista! La secretaria general en Caleta Olivia entre 1997 y 2000 era del partido comunista y llegó allí con el apoyo y a propuesta de los “sectarios” que somos nosotros.


Este frente de activistas (Lista Rosa) en acuerdo con la Lista Negra de ATE, conquistó en 2001 la CTA de Santa Cruz, único ejemplo de CTA provincial en el país que se le ganó al degennarismo.


Todo el activismo de la provincia giró alrededor de ADOSAC durante todos estos años, y las consignas que se defendían son las mismas que ahora han presidido la huelga.


El prestigio de ADOSAC como adalid de la oposición en la provincia, irreductible, sí, pero ante Kirchner, es precisamente lo que le dio a nuestro gremio la autoridad moral para que, ahora, una combinación de crisis política por arriba y sucesivas luchas desde abajo hicieran madurar las condiciones de la gran huelga que hemos protagonizado. Alderete ni sabe, pobre, que hemos estado al frente, junto a otras organizaciones, de los cacerolazos de 2002, de las ocupaciones de petroleras por parte de los desocupados, y de las huelgas mineras y petroleras, sin las cuales no se puede entender la rebelión popular que ha ganado a la provincia —y que el PC quiere ‘destrabar’ sin ninguna clase de ‘lamentos’ para mejor solución de los ladrones que forman el frente Filmus-Heller.


El actual estallido popular que pone mal a Alderete es una continuidad en el proceso histórico de luchas y al mismo tiempo una ruptura con la aceptación política del régimen kirchnerista, al cual el PC defiende. Los cabildos abiertos y las asambleas multitudinarias son los métodos que siempre han propugnado los ‘sectarios’ contra los componedores y arribistas —de modo que vemos una realización de parte de nuestro programa, y no del programa del PC, que según Alderete consiste en ‘destrabar’ los conflictos que perjudican a los gobiernos explotadores y en ‘lamentar’ que los burócratas no sean más ingeniosos para prevenir las grandes luchas como las que estamos viviendo. Alderete no solamente olvida que integramos la dirección de ADOSAC en un frente único, sino que también fuimos votados por los docentes de las escuelas públicas (afiliados y no afiliados a ADOSAC, en votación universal y obligatoria) a la Vocalía del Consejo de Educación.


La interesada falsificación de la realidad histórica que realiza Alderete esclarece al mismo tiempo, sin embargo, las diferencias que llevaron a los actuales dirigentes de ADOSAC a romper el frente de la Lista Rosa de ADOSAC; la posición de Alderete es incompatible con una dirección sindical consecuente. Así lo demostró la huelga.