Sindicales

16/10/2014|1336

Debut con fraude y proscripción


“En la CTA nunca más va a haber fraude, nunca más va a haber disputa de aparatos, nunca más va a haber quien niegue la voluntad de las trabajadoras y trabajadores para expresarse”. Estas fueron las palabras de Yasky cuando festejó el reciente contubernio establecido con la otra facción que dividió la CTA en 2010, la dirigida por Pablo Micheli. La tramoya, piloteada por el Ministerio de Trabajo de Tomada, legaliza a ambas CTA en un claro acuerdo de aparatos. Un reconocimiento brutal de la práctica que desenvolvieron juntos durante décadas, para proscribir a la izquierda y a los luchadores.


 


Fiel a su ADN, la burocracia yaskista comenzó las “elecciones trasparentes” que anunció su jefe con un alevoso fraude: intentó proscribir sin motivo alguno la nómina de candidatos de la comisión ejecutiva de San Isidro, encabezada por los dirigentes del combativo sindicato Sutna San Fernando, y eliminó la elección al gran sindicato docente de Córdoba, la UEPC, un sindicato con 30.000 afiliados y 6.000 jubilados, negando arbitrariamente que los trabajadores de ambos gremios pudieran “expresarse”. El primer caso fue una exigencia del capitoste del Sutna, Pedro Wasiejko, que pretende evitar una derrota en la fábrica Fate, cabeza de la oposición clasista que lo enfrentará en las próximas elecciones del gremio del neumático.


 


Al cierre de esta edición, la disposición a movilizarse de parte de los trabajadores del Sutna San Fernando y del conjunto de la Lista 3 a la sede de la CTA hizo retroceder a la burocracia yaskista, que oficializó a esta lista regional.


El segundo es el resultado de una lucha de aparatos al interior de la burocracia celeste de UEPC: una facción está con el gobernador De la Sota y otra con el gobierno cristinista. Temen que, en ese cuadro, se registre un avance estratégico de la oposición docente encabezada por Tribuna Docente en la provincia. Junto con este flagrante fraude, proscribieron la nómina ejecutiva de Tucumán, de Santa Fe Capital y otras más, así como 18 nóminas de congresales de la Lista 3, la de la izquierda y los luchadores. La justificación (tener incompleto alguno de sus cargos) también es completamente arbitraria, porque ese requisito no figura en la convocatoria pública a elecciones ni en el estatuto de la CTA, ni en la Ley de Asociaciones Sindicales ni en la legislación electoral nacional.


 


La elección, además, incluye padrones inflados y manipulados, como fue siempre, sin padrón provisorio y dejando afuera a miles de trabajadores antiburocráticos de todos los gremios. Sobre la base de esa eliminación cuestiona a los compañeros que integran a la Lista 3 de Tucumán. Aunque no está en juego un resultado favorable para la burocracia, ésta teme como a la peste la consolidación del gran reagrupamiento clasista y antiburocrático que es la Lista 3, que en todo el país -con casi 1.500 candidatos- disputará voto a voto. No hay nada que se pueda recuperar de este aparato que sobrevive de los padrones inflados, la manipulación, el fraude y la prebenda gubernamental. Pero utilizaremos la campaña y la elección para impulsar un fuerte reagrupamiento clasista en todos los sindicatos que participan.


 


La Lista 3 -que presentó lista nacional en ocho provincias y veinte listas regionales y locales- va por la defensa de los trabajadores antiburocráticos del Sutna, de los Suteba combativos, de los compañeros del Subte que enfrentan a la burocracia K de Pianelli, de los delegados y activistas aeronáuticos, de los metalúrgicos de Villa Constitución, de los judiciales que luchan por una nueva dirección.


Una vez más, la abstención del PTS y de IS, los que repiten la misma actitud de adaptación que tuvieron a la burocracia “centroizquierdista” en la elección de la CTA de Micheli, atenta contra los intereses de los trabajadores que luchan por la recuperación de sus sindicatos.