Sindicales

28/6/2007|998

Defendamos juntos el hospital público

Doctora Gladis Pernas, del Hospital de Niños

–El Nuevo Hospital del Milagro (hospital privatizado Materno Infantil) funciona desde hace varios años. ¿Podemos ya tener un balance de su gestión?


–Nosotros en el Hospital de Niños estamos recibiendo los niños que dan de alta del Nuevo Hospital del Milagro; algunos en forma inmediata, por haber cumplido su tiempo que es de 28 días, al término de los cuales ya no pueden ser atendidos por ese hospital y deben pasar al nuestro. Son chicos que salen con muy bajo peso: 1.800 kg, y deben ir a un medio hostil, por ejemplo frío, hambre… Digo hambre porque si no tienen la lactancia materna exclusiva (porque la madre la ha perdido por la larga internación del bebé o por cualquier otra causa), se debe complementar su alimentación con una fórmula que es muy costosa: cada tarro de leche maternizada sale 70 pesos.


Las madres quizá la compran el primer mes, pero cuando se les acaba y además en su canasta familiar deben dar de comer a otros niños, la mayoría tiene 5 ó 6 hijos, tienen que echar mano de una leche más barata, que es entera. Entonces se la instruye para que la haga aguadita, para que el intestino del niño, todavía inmaduro, la tolere, si no comienza con las diarreas; pero esta leche no lo engorda y entonces va para atrás. Y ahí termina en nuestro Servicio de Recuperación Nutricional, a donde llega a través del censor (agente sanitario) del 1° Nivel de Atención, que ve que está desnutrido y en algunos casos con riesgo de muerte.


–Con el plástico de pobres, que es el Seguro de Salud, ¿esta situación se va a reproducir?


–Bueno, todavía no nos han contestado qué es lo que entra dentro de la cápita, que hasta ahora sólo sería mi atención. ¿Y todo el contexto social? Algunos dijeron: bueno, pero eso no le corresponde al médico… Probablemente tengan razón. A mi la Universidad no me formó para que yo arbitre las formas para que a él no le falte la leche, o sea que no se muera… y a los hermanos.


Mi sala, el viernes repartió arroz con leche. Me donaron la leche… hacía mucho frío… entonces hicimos arroz con leche para todos los niños que están internados más los que fueron ese día al hospital. Sí, es cierto que eso no está contemplado. Pero si nosotros pensamos que es el Estado el responsable de la salud… La salud no termina cuando uno atiende al paciente y le da la receta. Nos pasa con los cardiópatas, con los renales crónicos. ¿Quién va a aportar el bicarbonato, la vitamina D, el ácido fólico? Nuestro Hospital incluso protege a los chicos con epilepsia o convulsivos crónicos. No termina cuando hacemos ceder la convulsión en la guardia. Tienen que tener una medicación de largo tratamiento. Y eso no lo provee la Nación, ni como Plan ni como Programa. Sin embargo nuestro Hospital lo protege de por vida.


–¿Qué va a pasar con los salarios de los trabajadores del Hospital de Niños?


–Tampoco nos contestan eso. Dicen que van a pasar todos los que quieran, con el nivel salarial alcanzado. Todos van a concursar. Pero ¿quién va a hacer el perfil de profesional? ¡El dueño! ¿Usted cree que le va a interesar mi perfil?


–¿El de un profesional preocupado por los niños que no tienen qué comer? No creo. (Risas.)


–Tampoco nos dicen cuánto vamos a ganar. ¿Lo que ganan los médicos del Nuevo Hospital del Milagro? Pero no les va a alcanzar la cápita Y luego está el criterio de productividad, que es cantidad… cantidad… cantidad… Pero el niño no es un producto. Es el entorno, lo familiar, lo social… el niño es vínculo… ¡Y esto lo dice la Unicef, la OMS!


–¿Hacia dónde va el movimiento de lucha por la defensa del Hospital público?


–Están tratando de poner a la comunidad en nuestra contra, colocándonos como responsables del vaciamiento. Aprovechan que la gente está harta de ir a sacar turno desde las 2 de la mañana en la salita, con los chicos en brazos, para que los atiendan a las 8. Luego el médico les pide los estudios y deben ir al hospital a sacarse sangre o a sacarse una radiografía. Cuando vuelven el médico ya se fue, porque terminó su turno. Entonces la gente se va directamente al hospital. ¿Por qué hay 500 consultas por día en la guardia? La gente no es tonta ¿Pero esto es falla nuestra? Esto es un problema de quien organiza el sistema. ¿Por qué no nos preguntan a nosotros cómo debería ser? ¡Pero si a mí me encantaría que la gente pudiera sacar el turno por teléfono!


Que el pueblo recuerde qué ha pasado con todas las empresas privatizadas de servicios.


Simplemente les pedimos que se defiendan. Que defendamos juntos el hospital público.