Sindicales

26/6/2014|1320

Defendamos los centros culturales independientes

Defendamos los centros culturales independientes (Tatiana Kertesz)

Foto: Tatiana Kertesz

A finales de 2013, el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (Meca) presentó un proyecto de ley para la regularización de los centros culturales. Creemos necesario profundizar el debate en torno de cuestiones que consideramos fundamentales y que la ley aún no contempla.

El proyecto de la ley Meca apunta, en primera instancia, a facilitar la habilitación de espacios de arte y cultura, pero no garantiza herramientas para llegar a estas condiciones. Por un lado, baja el piso de exigencias para la habilitación de emprendimientos privados o semiprivados de hasta 500 espectadores; por el otro, para los centros culturales realmente autogestionados e independientes no establece ningún tipo de partida presupuestaria para cumplir con los requerimientos.

Los centros culturales nacen por la necesidad del pueblo de apropiarse del arte y la cultura, y enfrentar el vaciamiento del sistema de educación artístico y de los museos, así como la privatización de los espacios públicos. Los trabajadores de los centros se ven obligados a vender comidas, bebidas o entradas en los eventos culturales para sostener el mismo centro, y sacan dinero de su bolsillo para el sostenimiento de la actividad. No sólo el Estado debe garantizar las condiciones para la habilitación de los centros, sino que también debe hacerse cargo de un sostenimiento económico para los trabajadores, docentes y artistas. Este sostenimiento económico por parte del Estado de ninguna manera puede amenazar o condicionar la autodeterminación e independencia de los centros.

En este punto, defendemos el método asambleario y de votación de los trabajadores de los centros para definir de qué forma va a llevarse adelante el contenido y para controlar las condiciones en que se desarrolla. La organización independiente de los trabajadores y la asamblea es el método histórico de la clase obrera para conservar la independencia ante cualquier intento de subordinación.


Manrique – Treslobos