Sindicales

8/8/1995|459

¡Definir la nuestra!

Las tres fracciones del movimiento sindical de Córdoba han anunciado un paro activo general “para el jueves o el viernes” de esta semana. La burocracia se ha visto obligada a sacar una medida de lucha frente a la avalancha de despidos y suspensiones, la crisis del “plan Mestre” y, por sobre todo, la resistencia de los trabajadores. Los bancarios del Social y el Provincia han ganado las calles contra la “emergencia” y el vaciamiento en favor de los “privatizadores”. En las reparticiones estatales, los hospitales, y en parte de las empresas públicas la aplicación de la “emergencia” está empantanada. La resistencia ha llegado a los municipios.


En todo este proceso los sindicatos tienen la siguiente política: “convivir” con el ajuste, marcar el paso, alentar expectativas en las maniobras del mestrismo y dejar en definitiva que el movimiento de lucha se agote en estas limitaciones. Ha sido necesario casi un mes de “emergencia”, suspensiones y despidos en masa para que la burocracia se comprometiera a un paro general. El programa de Campellone (Smata) es reclamar la “rotación de las suspensiones”, Grahovac (docentes) ha aceptado bajo “protesta” la extensión de la jornada escolar a los sábados y tiene “expectativas” en que el gobierno “reconsidere” los despidos de los contratados en Minoridad; la burocracia del sindicato municipal de Río Cuarto ha terminado en un pacto con la intendencia sobre la base de que la reducción salarial se pague en bonos.


La burocracia compite en “salidas creativas” que pretenden demostrar que se pueden “ahorrar recursos” sin bajar los salarios ni despedir. La “tregua” que recibió a Mestre y permitió avanzar a fondo en las modificaciones a la Ley de Emergencia continúa, sólo que ahora se dice buscar “rectificaciones”. La burocracia no enfrenta la ley ni los despidos, Se limita a discutir las modalidades de su aplicación. Esta política no tiene perspectivas frente a la brutalidad del mazazo que se descarga sobre los trabajadores y los nuevos ataques en ciernes. El “ala izquierda” de la burocracia no tiene nada distinto que ofrecer respecto al resto. No es casual que La Voz señale que “el paro general fue propiciado por distintos gremios (pero) capitalizado por el Movimiento de Organización Sindical (MOAS)”, es decir por la fracción derechista de la burocracia, que tomó a su cargo su ejecución (2/8).


El vuelco en la situación política de conjunto en Córdoba, plantea la huelga general y la posibilidad, por este medio, de abrir una perspectiva de salida de conjunto. Para eso, es necesario no aceptar bonos ni despidos, ni reducciones, y reclamar que se abran las cuentas del Estado y los capitalistas lo que permitirá encontrar la plata para salir de la crisis. Esto impedirá la entrega del patrimonio público (EPEC, Dipas, AMC). Fuera los saqueadores yanquis del Banco Mundial de Córdoba y de Argentina.


Para todo esto planteamos: construir comités de huelga en cada repartición y en cada empresa, convocar a plenarios abiertos de delegados y activistas en cada gremio y difundir la necesidad de un congreso de bases provincial.