Sindicales

7/11/2017

Desfalco en el SMATA: trapitos al sol de una interna burocrática


El Smata se encuentra actualmente cruzado por una interna de su burocracia dirigente, con la puja por el poder del gremio entre el secretario general Ricardo Pignanelli y su segundo, el diputado nacional del PJ Oscar Romero.


 


En ese marco se produjo en septiembre el allanamiento de la sede central del gremio, tras una denuncia de un desfalco en su obra social que llegaría a unos 300 millones de pesos. El “romerismo”, que maneja la seccional de la ciudad de Junín, hizo la pertinente denuncia ante la Justicia, inmediatamente después del llamado de Pignanelli a votar por CFK –mientras el otro sector se desplazaba hacia la candidatura de Randazzo.


 


Ambos sectores llegaron juntos a la conducción del gremio en el año 2012 en la lista Verde. La crisis del PJ, que ya dividió a la CGT, va atravesando también a las conducciones burocráticas, y el Smata no ha quedado ajena a este proceso.


 


La respuesta de Pignanelli a la denuncia del romerismo del desfalco en la obra social, fue el intento de intervención de la sede del Smata Junin, mediante la firma de un acta de reunión del consejo directivo del gremio –que aparecía firmada por Romero, pese a que este estuvo ausente. El juez desestimó esta intervención, hasta que no se resuelva la causa.


 


La desaparición de los 300 millones de pesos de la obra social se enmarca en la disputa entre el gobierno y la burocracia sindical por los fondos de estas cajas. Es asimismo una de las herramientas del gobierno para profundizar el pacto con la burocracia sindical, que a cambio de estas cajas entregará todas las conquistas de los trabajadores.


 


En la rama automotriz, tenemos los exponentes más claros de la entrega de las condiciones de trabajo y de la liquidación de los convenios colectivos, que suponen una flexibilización laboral sin precedentes. Banco de horas, premios por productividad y presentismo, polivalencia, polifuncionalidad, son los regímenes que se quieren imponer a los trabajadores del gremio, con la connivencia de la burocracia sindical, agentes de la patronal para garantizar esta ofensiva.


 


En contraposición a la entrega de las condiciones de trabajo por parte de los burócratas sindciales, la Coordinadora Sindical Clasista llama a desarrollar asambleas en todas las fábricas, a fin de que los trabajadores metalmecánicos discutan como derrotar el plan de guerra del gobierno contra la clase obrera.