La Iglesia Adventista del Séptimo Día quién predica a sus fieles el amor al prójimo, es la misma que, en su carácter de patronal de Alimentos Granix, intimida a los trabajadores mediante despidos arbitrarios. En medio del ajuste y los tarifazos del gobierno, dejar a los obreros que son sostenes de familia sin su trabajo es un “pecado capital”.

La patronal busca desarticular la organización de los trabajadores que ya conquistaron un plus de mil pesos por mes de emergencia y ahora saldrán a la lucha por la paritarias.

Los despidos fueron respondidos con un paro total que llevó a una conciliación obligatoria con todos adentro. En las actas del ministerio los trabajadores dejaron constancia que se trataba de persecución para quebrar la organización sindical. También se hizo constar que la patronal otorgó un soborno de 500 pesos a los obreros que no pararon cuando salieron por el plus.

Luego de veinte días de conciliación se obtuvo un nuevo triunfo. Los dos despedidos fueron reincorporados; aunque queda el gusto amargo de que el STIA -sin consulta- aceptó el descuento del día de huelga. La patronal intentó también colocar una cláusula de “paz social” que no fue admitida.

Esta lucha y su triunfo los coloca en excelentes condiciones para intervenir activamente por los 9 mil pesos de básico que se plantea en las paritarias, en una sola cuota.

Marcos Carrizo – Nora Biaggio