Sindicales

2/12/2010|1157

Elecciones UTA Córdoba: Después de la proscripción de la agrupación Ortuta

Las elecciones de UTA han dado el triunfo a la Lista B, integrada en su mayoría por la actual conducción burocrática (el nuevo secretario general, Peñaloza, era su secretario de Prensa). De un padrón de más de 3.500, votó menos del 60% obteniendo la Lista B 1.587 votos.

En segundo lugar, con 477 votos, quedó la Lista A (Salerno) armada por UTA nacional, que llevaba en su lista los delegados burocráticos de las tres empresas. En Tamse, la Lista A no llegó a los 100 votos, y en Ciudad de Córdoba los delegados perdieron la mitad de los votos que obtuvieron cuando fueron elegidos. Más atrás quedó la Lista C, de Miguel Díaz (viejo burócrata) y Ciaravino, del Ministerio de Trabajo, con 375 votos.

Para ganar, Peñaloza tuvo que dirigir su política hacia un proceso de movilización obrera que se viene desarrollando en todas las empresas, y que ha sido la base para la irrupción de la agrupación clasista Ortuta. Por eso la primera medida de Peñaloza hacia las elecciones fue proscribir a la Ortuta; contó para ello con la complicidad de UTA nacional y del Ministerio de Trabajo.

Proscripta la Ortuta, Peñaloza se dedicó a levantar reclamos salariales y otros referidos a las condiciones laborales, como si la conducción a la cual él pertenece no fuera la responsable del deterioro salarial y laboral. La Ortuta nació y adquirió un gran desarrollo justamente contra una directiva que, con Peñaloza incluido, entregó todas y cada una de las reivindicaciones.

Donde la lista de Peñaloza hizo diferencia fue en la empresa Tamse. Allí planteó mantener la empresa en manos del Estado municipal. Con la Ortuta proscripta, el desprestigio total de sus competidores hizo el resto, se terminó votando por el mal menor.

Tamse estatal es una consigna con la que todos los trabajadores acuerdan, por representar una conquista histórica. Las razones de Peñaloza no son las mismas que la de los trabajadores. Coincide en realidad con el intendente Giacomino que también dice avalar la estatización, porque desarrolla por atrás una serie de negociados que ha terminado con una Tamse vaciada y que, al igual que el resto de las empresas, atraviesa un cuadro de colapso que cotidianamente enfrenta a trabajadores con usuarios. Mientras alrededor de Tamse se despliegan por parte del gobierno innumerables negociados, Giacomino y sus funcionarios no se cansan de endilgar a los trabajadores la responsabilidad por la situación de la empresa. El vaciamiento de Tamse abre las puertas a la privatización y a los despidos por excedente de personal.

El salario, las condiciones de trabajo, la defensa de Tamse estatal bajo control de sus trabajadores no encontrarán en Peñaloza una salida, por la simple razón de que no la encontraron en estos últimos ocho años: a menos de un mes de la paritaria, la “nueva” conducción no se ha pronunciado aún.

La proscripción de la Ortuta deformó por completo el proceso electoral. Por el programa desarrollado, la lucha concretada de cara a las elecciones y, fundamentalmente, las conclusiones de las elecciones, la Ortuta se lanza a la tarea de organizar y ponerse a la cabeza de la lucha por el salario -como ya lo ha hecho-, por las condiciones de trabajo y contra el vaciamiento y privatización de la Tamse, mediante cuerpos de delgados honestos y combativos.