Sindicales

12/7/2017

Después del paro en Télam: qué hay detrás de la ofensiva macrista


El despido de dos periodistas de la agencia Télam –uno de ellos por realizarle una pregunta “incómoda” (sobreprecios en la obra pública) al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires– marca los aprestos del macrismo para un ataque en regla contra los trabajadores de los medios públicos, como parte de la ofensiva general dirigida a liquidar decenas de miles de puestos de trabajo en el Estado e imponer convenios y salarios a la baja.


 


Los trabajadores de Télam vienen denunciando desde hace meses el achique que, en lo inmediato, intenta llevarse puesta el área publicitaria de la agencia, en donde trabajan más de 120 compañeros, derivando la enorme montaña de dinero que maneja este sector a agencias privadas ligadas al macrismo.


 


La conciencia de los trabajadores de la grave situación planteada derivó en un nuevo paro total de actividades. Los periodistas de Télam ya habían realizado paros masivos en ocasión de marchas populares y convocatorias de las centrales sindicales.


 


La reacción histérica de los mandamases del macrismo contra una pregunta de un periodista de la agencia refleja no sólo una flojera de papeles en el curro de la obra pública, sino también la endeble situación en que se encuentra el gobierno, necesitado de un ajuste brutal para el que no ha reunido aun las condiciones de aplicarlo.


 


Continuidades


 


Estas prácticas de censura, así como la “tercerización” de servicios, han sido una constante en la historia de Télam.


 


Bajo el kirchnerismo, la agencia de noticias fue utilizada también como vidriera de las políticas oficiales, lo que motivó durísimos choques con sus periodistas. Hubo 38 días de paro frente al despido de dos periodistas en el gobierno de Kirchner y, más acá, debieron crea una Télam “paralela” manejada por La Cámpora, ante los sucesivos fracasos en disciplinar a los trabajadores en torno al “relato” oficial. En el medio, un jerarca de la agencia sostuvo que los periodistas eran “prostitutas”. Eran tiempos de crisis entre el gobierno y Clarín y la política kirchnerista sostenía que los periodistas del grupo Clarín debían renunciar a sus puestos de trabajo.


 


La censura previa y el acotamiento de la información han sido inherentes a los distintos gobiernos capitalistas.


 


La otra parte de la historia K es más conocida. La famosa pauta oficial permitió el desarrollo de enormes multimedios oficialistas que a su turno terminaron vaciados (saqueados) por las patronales “nacionales y populares”.


 


El futuro de los medios públicos


 


Hemos escuchado en estos días que, para Cristina, el mal menor (quizás no tan menor) es la concentración de medios en manos de capitales norteamericanos. El kirchnerismo siempre ha sido hostil a la organización independiente de los trabajadores.


 


El gobierno macrista viene al asalto de los medios públicos, preanunciando despidos y paritarias a la baja y derivando las “cajas rentables” a distintos pulpos capitalistas. El enorme y masivo paro de actividades que se produjo ayer frente a los dos despidos es un presagio de las dificultades del gobierno en la aplicación de su política antiobrera.


 


El carácter del ataque plantea no solo la necesidad de una acción común de todos los trabajadores de los medios públicos, sino también de un planteo general de todo el gremio de prensa, sometido hoy a despidos e incumplimientos salariales en el marco de una enorme concentración de medios.


 


El Sipreba, la organización de los trabajadores de prensa de la Ciudad, debe preparar al gremio contra esta ofensiva antiobrera.