Sindicales

16/6/2011|1181

Día del periodista: independiente del gobierno y los patrones

-Exclusivo de internet

Como el año pasado en la escalinata de Crítica, el 7 de junio los trabajadores de prensa realizamos un importante acto, esta vez en las puertas de Clarín, con la presencia de más de 150 compañeros. Consagramos el Día del Periodista a reclamar por la libertad sindical, contra las persecuciones patronales a la actividad gremial y por el derecho de los compañeros del diario a organizarse.

Al igual que hace un año, el acto fue convocado por las cuatro agrupaciones opositoras que formamos el Frente de Unidad: la Naranja, la Gremial, el Colectivo y la Violeta. En el debate previo al lanzamiento y luego en el propio acto, se manifestó una tendencia a convertirlo en una actividad K. Esa orientación, que desvirtuaba el sentido del acto, se plasmó inicialmente en la pretensión de que la actividad estuviera exclusivamente en manos de un pequeño grupo de ex delegados y trabajadores del diario encabezados por Pablo Llonto, de la agrupación El Colectivo, como otros de los integrantes del grupo. El Colectivo toleraba la adhesión de las agrupaciones pero no el uso de la palabra.

El objetivo era colocar el acto en el terreno del enfrentamiento entre el gobierno y Clarín, o sea sacarlo dela lucha de clase de los periodistas contra las patronales, que son tanto privadas como estatales. Llonto reclama que los trabajadores del diario abandonen su empleo, porque de lo contrario, estarían haciendo el juego a los Noble y Magneto, o sea que responsabiliza a los trabajadores por las acciones de la patronal. Mal podría llamarlos a organizarse o a reclamar que hagan lo mismo los escribas de los medios K. Los de la Naranja nos opusimos a esta orientación y dijimos que el acto debía estar en manos de quienes militamos todos los días en el gremio, de las agrupaciones que nuclean al activismo y de los actuales delegados de la mayoría de las grandes empresas de prensa.

Sostuvimos en las reuniones y en el acto (donde tuvimos que detener la emisión de jingles K), que aquel debía ser de independencia respecto del gobierno y de todas las patronales, oficialistas y opositoras, estatales y privadas. Que se debía reclamar por el derecho a organizarse para todos los compañeros del gremio, que debía denunciarse la censura férrea que hoy existe en los medios privados y en los estatales. Y que el acto debía mostrar una solidaridad plena con la lucha que llevan adelante los compañeros de Radio Nacional contra la patronal-Estado, y que ese día iniciaban un paro de 48 horas por reclamos salariales.

Nuestra intervención en el acto marcó claramente esta perspectiva. Planteamos también una gran campaña por la libertad del periodista sueco-colombiano Joaquín Pérez Becerra, entregado por Hugo Chávez al gobierno paramilitar colombiano. Y el apoyo a la lucha del compañero gráfico Pablo Viñas, que venía peleando desde hacía siete años por su reincorporación a AGR, del grupo Clarín y que, finalmente, volvió a entrar a trabajar en la empresa como resultado de una enorme movilización de los trabajadores gráficos y una fenomenal batalla legal, incluso contra las burocracias K de Moyano y Ongaro.