-Estas elecciones de la CTA se dan en un cuadro muy particular…

-Exacto. Está en peligro la Central, la dirección ha llevado a un proceso de disolución, quiebra y frustración final de las aspiraciones con que miles de activistas y delegados la vieron como una alternativa a la vieja y podrida burocracia sindical. Hace cuatro años, nosotros, la Lista 3, nos presentamos diciendo: “Yasky va a llevar a la plena estatización de la CTA”. De Gennaro acompañó ese proceso. Eso es muy importante verlo: el copamiento kirchnerista y la asociación con Moyano son el resultado de una política conjunta de toda la dirección de la CTA, hoy escindida. Se vino abajo con el desbarranque del kirchnerismo, sus escisiones y los bloques políticos de la centroizquierda, que se fueron pasando a la oposición.  Por eso su división se ejecuta bajo la batuta de punteros. Ahí están para demostrarlo, las denuncias cruzadas sobre la manipulación del padrón y de los planes sociales.

-Y frente a esta desintegración en curso de la Central, ¿cuál fue el planteo que se hizo?

-Defender y salvar a la CTA, salvarla no como un aparato sino para reconstruirla sobre nuevas bases de clase, políticamente independiente del capital y el Estado, organizadora y centralizadora de las luchas en desarrollo y las necesarias por venir.

La Lista 3 es una idea, una orientación a los miles de luchadores que hay en la CTA. Ese y no otro es el valor de los 1.600 candidatos reunidos en todo el país, las 14 provincias y las 50 seccionales. La campaña electoral tendrá objetivos de politización y movilización de ese activo. Fijate el gran movimiento de delegados que disputa el gremio de la UPTBA, al mismo tiempo que nuestra elección, la disputa en Amsafe Rosario, en el Suteba Mercedes, obvio, en La Plata, donde sufrimos el fraude, la necesidad enorme de un reagrupamiento clasista en los gremios industriales de la CTA, como el Neumático, donde Watsejko entregó la paritaria, en los Astilleros, en Santa Cruz, donde el sindicato docente no juega en la provincia de la rebelión contra el kirchnerismo (y donde el MST, como en todo el país se asimiló al degennarismo), en la UOM de Villa, donde el conflicto de Paraná Metal está al rojo vivo y está planteado ocupar la fábrica para que el Estado se haga cargo…

-En tu gremio, ¿qué conclusión se puede aportar en relación a estos debates, la experiencia en materia de luchas y organización, y cuál es la perspectiva que tenemos?

-Nos hemos cansado de reclamar un plan de lucha nacional por el salario, por el 82%, por las paritarias libres, contra las condiciones de flexibilización laboral y aún por campañas más amplias como contra las mineras y demás. Pero no hemos encontrado una CTA que se ponga al frente de nuestra lucha, jamás. La propia Conadu Histórica, en su limitación, obtuvo a partir de sus planes de lucha el 82% móvil (claro que ahora hay que garantizar el pago porque el gobierno desarrolla maniobras), hemos conseguido el blanqueo de salarios de los trabajadores docentes, hemos avanzado pasos importantes en que miles de trabajadores en el máximo punto de flexibilización ad honorem (sin sueldo), se incorporaron a la planta docente más de tres miles trabajadores. Nosotros tenemos una idea: la independencia de las organizaciones sindicales no está en discusión ni aún ante gobiernos más proclives a que le arranquemos conquistas; al contrario. Imaginate, si al mismo tiempo que arrancás un salario tenés que luchar contra un esquema educacional universitario financiado por las mineras… socias del kirchnerismo todas ellas.

Entonces, el planteo que hacemos se apoya en la etapa de transición hacia una nueva dirección del movimiento obrero, tendencia que arrancó en el Argentinazo, que nos tuvo en primera fila (me refiero a la AGD y a todos los componentes de la Lista 3) y que se expresa en todos los rincones, también en la CTA. Votar la 3 forma parte de la lucha por una nueva dirección en la CTA y en todo el movimiento obrero.