Sindicales

4/11/2020

AJUSTE Y FLEXIBILIZACIÓN

Docencia bonaerense: bolsones cada vez con menos alimentos y programas precarizados

La burocracia sindical sigue paralizada.

Durante todos estos meses, bajo el contexto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (Aspo), la docencia, especialmente la organizada con los Sutebas Multicolor, ha realizado infinidad de relevamientos y reclamos por diversos temas, aún sin solución, como por ejemplo la entrega de dispositivos de conexión y acceso libre a la red para docentes y estudiantes. Pero otro tema, que cabe destacar, es que el SAE (Servicio Alimentario Escolar) se viene achicando en cada entrega.

En principio incluía unos 12 productos comestibles, que el gobernador Axel Kicillof consideraba como alimento suficiente: puré de tomate, arvejas, harina, arroz, fideos, polenta, lentejas (solo los primeros meses), leche, galletitas, alguna fruta y verdura, atún y queso rallado. Jamás se consideró enviar alimentos frescos, agua envasada, carnes, ni muchísimo menos elementos de higiene personal, como un jabón de tocador, toallitas femeninas, etc. Ni hablar de suministros de higiene para los docentes que realizan el armado y entrega de los alimentos.

En las últimas entregas viene solo la mitad de los productos y no alcanza para todos los estudiantes inscriptos. No todos tienen garantizado lo mismo ni la misma cantidad; la necesidad y escases colocan a los docentes como los distribuidores de la miseria, a medida que van armando las bolsas. Cabe reseñar que estos “refuerzos alimentarios” son retirados casi en su totalidad, lo cual es un indicador del nivel de carestía.

Encima, en este contexto, tanto Kicillof , los intendentes y la misma burocracia sindical presionan y avalan por la vuelta a clases. ¿Con que cara? No pueden asegurar una ración mínima de alimentos, tampoco las condiciones edilicias de la gran mayoría de las escuelas. Menos se pueden llevar adelante los protocolos planificados por el mismo Ministerio de Educación, con una escasa o casi nula obra, sumado el recorte para educación votado en el presupuesto 2021. Es simplemente un escenario de catástrofe.

Obviamente, ante el fracaso del intento de educación vía virtual “sin elementos”, que naturalmente no resultó, ahora los docentes se encuentran con una sobrecarga de trabajo extra, sin contar con que en los últimos meses ya no hay horarios de trabajo. Porque la docencia debe brindar orientación, contención y ayuda a las y los estudiantes sin límite de días ni horarios. Ahora se suma la última Resolución 1872/2020 de la DGCYE sobre el “curriculum prioritario 2020-2021” (octubre 2020), que provocan una sobrecarga laboral mayor.

Para adaptar la anterior disposición de la DGCyE “Enseñanza y acreditación” (12/05), donde se sostenía que en esta etapa “el núcleo de la tarea docente es construir el vínculo pedagógico con las y los estudiantes y generar todas las condiciones posibles para implementar una política de cuidado que fortalezca los lazos educativos y afectivos”. en esta nueva resolución se propone la evaluación del período por medio de establecer una serie de saberes prioritarios. Es una contradicción: se pasa del mantenimiento del vínculo a la evaluación de saberes sin haber dado respuesta al problema de los dispositivos técnicos para establecer la relación entre la institución y los estudiantes.

Esta disposición es acompañada con la creación de la figura del Acompañamiento a las Trayectorias y la Revinculación (ATR), que es una vulneración al estatuto docente, ya que se aprovecha de estudiantes introduciéndolos a trabajar sin ningún tipo de resguardo laboral. Cabe señalar que esto es otra vuelta de tuercas en la precarización docente, ya que el estudiante de los profesorados y magisterios cuenta con un listado de emergencia para ejercer, en momentos de falta de cobertura.

El conjunto de la situación reclama una intervención decidida del movimiento docente para enfrentar la degradación educativa y salarial a la que nos está llevando el gobierno de la provincial y nacional, con la complicidad de la burocracia sindical del Suteba.

No hay condiciones para la vuelta presencial  a clase en estas condiciones por lo cual planteamos:

Asistencia alimentaria para las familias, gratuidad de las conexiones. Entrega de dispositivos. Impulsar comisiones de seguridad e higiene en los lugares de trabajo, organizadas por los propios trabajadores. Entrega de suministros sanitarios para realizar las tareas de distribución del SAE, e insistimos con su carácter voluntario. Basta de precarización, todos los trabajadores bajo el resguardo del estatuto. Salario básico inicial de $45.000 y todas las cifras al básico. Para esto se necesitan asambleas y un plan de lucha provincial.