Sindicales

10/5/2019

Docentes Chaco: Balance y perspectivas de una gran lucha

El Frente Gremial Docente –que agrupa a Sitech, Atech, y Utre, los sindicatos más representativos de la docencia chaqueña–, selló un acuerdo con el gobierno de Domingo Peppo y dio por finalizadas las medidas de fuerza que venía llevando adelante desde febrero. Fueron prácticamente 70 días de huelga y tres meses de lucha, porque las movilizaciones comenzaron antes de presentarse a clases, impulsadas por los docentes autoconvocados.


Contra una primera oferta de 22%, que luego se estiró a 27% en cuotas hasta diciembre, el acta rubrica un 32% que se abonará hasta septiembre, pero con cuotas acumulativas, lo cual lleva el acuerdo a casi el 36%. A esto se suma una cláusula gatillo trimestral que se comienza a pagar en forma retroactiva desde marzo y que se calculará sobre la base de la diferencia entre la inflación y las cuotas del acuerdo.


Además, el Gobierno retiró el decreto de emergencia educativa que había largado para quebrar la huelga, devuelve los descuentos del año pasado y habilita la atención de reconocimientos médicos en el interior como lo prevé el estatuto, eliminando el perverso mecanismo que obligaba a viajar largas distancias a los docentes para certificar las licencias médicas. Por último, se comprometen a no cerrar cursos por 2019, cesando una ofensiva que el Gobierno venía llevando adelante desde el año pasado y que tenía cientos de cursos, e incluso turnos enteros, en carpeta para cerrar.


El debate y el rechazo del acuerdo


A pesar de estas conquistas, una parte de la docencia, especialmente la autoconvocada, rechaza el acuerdo. Su argumento es que hemos conseguido ponerle un freno a la desvalorización salarial, pero sin recuperar un solo punto de lo perdido en 2018 y 2017. Los niveles salariales siguen siendo de miseria. El Gobierno habilita una mesa de negociación en junio para discutir el tema, pero los compañeros consideran que no se obtendrá nada de dicha mesa sin una lucha y que será difícil retomar la huelga una vez que se vuelva a las aulas.


Fesich, un sindicato desprendido de Sitech Federación y tiene presencia en Castelli y Quitilipi, continuó llamando a parar esta semana, y se produjeron movilizaciones en rechazo al acuerdo.


Es cierto que las cláusulas gatillo se extienden en los gremios, en parte para frenar la brutal caída del poder adquisitivo del salario, en parte como una forma de perpetuar los salarios en los magros niveles actuales. El cobro trimestral es también desventajoso, porque pasan tres meses hasta que se recupera lo perdido. En el caso del Chaco, el retroceso salarial es de larga data, ya que el salario docente viene perdiendo contra la inflación desde 2007.


¿Podía obtenerse un acuerdo mejor? La docencia, especialmente la del interior, impulsó una movilización en los pueblos que fue demoledora para el Gobierno. Durante la última semana de huelga, el Gobernador no pudo hablar en el aniversario del pueblo de San Martín, chiflado por una movilización masiva. Los métodos de la autoconvocatoria, las movilizaciones a las rutas y a todos los centros del poder político, jaquearon al Gobierno y lo pusieron entre la espada y la pared. Con estos métodos, se impuso una nueva relación de fuerzas entre los docentes y el Gobierno. En este clima, muchos docentes acusan de traición al Frente Gremial por la firma del acuerdo.


Sin embargo, al cabo de 70 días, la huelga sufrió un desgaste, especialmente en Resistencia. La cláusula del no cierre de cursos sirvió para que muchas secundarias amenazadas aceptaran el acuerdo que, en general, no es mal visto en la base docente.


La importancia de la democracia sindical


Las realidades contradictorias del proceso de lucha, sus avances y los límites de lo conquistado debían debatirse ampliamente y ser puestas a consideración de toda la docencia mediante asambleas generales por localidad o plenario de delegados con mandato. En cambio, cerraron la consulta a sus afiliados por escuela sin asambleas generales, ni siquiera de afiliados. Nunca se supo cómo terminó la “consulta” por escuela en los pueblos del interior. Se llegó al extremo de enviar planillas para firmar aceptación a escuelas que se encontraban de paro y no había nadie, o a escuelas donde votaron quienes estaban trabajando. Los docentes autoconvocados, en el interior, convocaron asambleas en las Plazas para rechazar la firma, pero en general sin recoger el mandato de la base de sus escuelas.


En lugar de buscar el acuerdo de todos los docentes, el Frente Gremial pretendió imponer la consulta con maniobras. Este intento fue desenmascarado y está pagando el costo por la falta de democracia sindical. Es la culminación de un proceso en el cual las conducciones sindicales fueron todo el tiempo a la retranca de los docentes organizados en asambleas en el marco de la autoconvocatoria: desde febrero, fue la iniciativa de las bases la que impuso parar. Tribuna Docente batalló durante toda la huelga, al interior de Sitech San Fernando, por la realización de asambleas generales por localidad y de congresos de delegados para ir definiendo paso a paso el rumbo a seguir.


Desafíos


Ha quedado demostrada la necesidad de que sea la docencia movilizada la que dirija los sindicatos e imponga la democracia sindical. Ahora, el gremio entra en una nueva etapa. La base docente tiene que hacer una experiencia con este acuerdo, procesar lo conquistado y apreciar sus límites para volver masivamente a la lucha. Es preciso transformar la energía de la huelga en un proceso de organización, con delegados y comisiones por pueblo, para organizar los reclamos. La recuperación de los grandes sindicatos es un punto central, contra la posición de un sector de autoconvocados que milita la desafiliación. Tribuna Docente va con todo por estos objetivos.


La huelga también puso sobre el tapete para todo el pueblo del Chaco los grandes problemas de la educación en la provincia: la desvalorización salarial, la degradación del Gobierno a los docentes, el ataque a las condiciones de trabajo, la crisis de infraestructura, y la privatización mediante escuelas “de gestión social” en manos de organizaciones aliadas al Gobierno. En esta medida, traza un programa de reclamos para el sistema educativo que son centrales para todo el pueblo.