Docentes: cierre parcial, con siete provincias en huelga y enorme descontento

Demostrando que el objetivo del gobierno nacional y de los provinciales es establecer salarios a la baja en relación a la inflación -en eso consisten los acuerdos ya cerrados-, siete provincias fueron al paro de no inicio (Santa Cruz, Neuquén, Chubut, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tierra del Fuego)

El viernes 26, el Congreso de Ctera aprobó la oferta del gobierno nacional en materia salarial, luego de doce días de crisis y empantanamiento de la paritaria.


 


El piso del maestro de grado para febrero de 7.800 pesos y de 8.500 para julio, condena a los maestros de siete provincias a cobrar la mitad de la canasta básica. Para otros docentes que no entran en esta “garantía” será mucho menos. El aumento del incentivo docente, cifra en negro por excelencia, que pasa de 510 pesos por cargo a 910 en febrero y 1.210 en julio, es la “contribución” del gobierno nacional para que cierren las paritarias provinciales, y evitar así la crisis que se armó con la primera versión de la oferta.


 


Aún así, y demostrando que el objetivo del gobierno nacional y de los provinciales es establecer salarios a la baja en relación a la inflación -en eso consisten los acuerdos ya cerrados-, siete provincias fueron al paro de no inicio (Santa Cruz, Neuquén, Chubut, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tierra del Fuego). 


 


El Congreso de Ctera decidió darle la espalda a las provincias en lucha, en nombre de “defender” la oferta nacional. También le dan la espalda a los docentes de las provincias que no han recibido oferta pero sus sindicatos no convocan a la lucha, que son otras tantas.


Para justificar esta entrega, la Celeste de Baradel ha ensalzado de tal modo lo aceptado, que pareciera la mejor paritaria de los últimos años. De inmediato, y para cubrirse, lanzan diatribas contra Macri, su derechismo y la imposibilidad de enfrentarlo, con la excusa de que muchos docentes lo votaron.


 


Por un salario inicial muy lejano a la canasta familiar, le han regalado al gobierno macrista el titular de algunos diarios: “Las clases comienzan en término”. Pero a pesar de los servicios prestados por Alesso, Baradel y López, este cierre nacional es provisorio, dado el brutal ajuste sobre el sistema educativo.


 


Las estratégicas Ciudad y provincia de Buenos Aires


 


La dirección de la UTE resolvió no firmar el acta del ofrecimiento de Rodríguez Larreta, pero igual inicia las clases. Presentó al “aumento” con enorme mayoría de cifras en negro como del 35%, mientras el gobierno declara que es el 25%.


 


La Celeste tuvo una ardua tarea en el plenario de la UTE para hacer pasar este acuerdo, que había sido rechazado en muchas escuelas dirigidas por ellos. La deliberación tuvo lugar en medio de un enorme enojo de la docencia frente a los tarifazos y la inflación. El esfuerzo de la dirección de López fue para evitar un paro por  noveno año consecutivo en la Ciudad. Díficil, muy difícil explicar que son “opositores” al PRO.


 


En la provincia de Buenos Aires apareció la oferta al terminar el jueves 25. Un aumento al básico en tres cuotas que completan 28,5% a partir de julio, que llevan al preceptor de 3.000 a 3.855 pesos y al maestro de grado de 3.300 a 4.240,50 pesos. Y un inicial de 8.760 y 9.801, respectivamente, en julio. El aumento de las cifras en negro en relación al básico es notable, lo que achata la escala salarial y transforma en secundaria la antigüedad.


 


La dirección del Frente Gremial (Suteba-FEB), lanzó una consulta a las escuelas, con el objetivo de sustentar la aceptación en la “opinión de los docentes”. El operativo encubre una perfidia muy estudiada. En el plenario de secretarios generales del sábado 27, Baradel dijo que “la posición de la Celeste-Violeta es contraria al acuerdo y favorable al no inicio”, pero que evitaron fijar posición para que los docentes eligieran libremente. Una patraña por donde se la mire. La Celeste trabajó sin dudas por la aceptación, pero acomodaron el discurso final a lo que ocurrió en los distritos. Al menos en catorce seccionales dirigidas por la Celeste (Lomas de Zamora, Echeverría-Ezeiza, San Martín-Tres de Febrero, Avellaneda, Mar del Plata, Madariaga, Mercedes, Luján, General Rodríguez, Ituzaingó, General Sarmiento, Magdalena, Azul, Zárate), ganó el rechazo ampliamente, a los que hay que sumar las nueve seccionales Multicolor, que lo rechazaron en asambleas. Los datos que presentan de 25.076 a favor del acuerdo y 20.161 en contra reflejan la crisis, y fueron acomodados para justificar la aceptación “con críticas”.


 


La dirección de Baradel le hizo este enorme favor a Vidal, con enorme costo, parte del cual se irá manifestando en el transcurso de los próximos meses.


 


Ademys, sindicato combativo de la Ciudad, no inició las clases el lunes 29, al igual que los Suteba combativos, que se movilizaron a la gobernación junto a los estatales.


 


Este paro de repudio, aunque no total, será muy importante como canal de expresión del descontento que anida en los docentes. En la etapa que sigue, las seccionales opositoras deberán ser el gran factor de organización de los reclamos resultantes del ajuste sobre las escuelas.


 


Pero además, la Celeste tiene costos internos, con sectores que le recriminan haber hecho paros a Scioli y no al PRO-Vidal. Otros, como los jubilados, reclaman por lo poco que les toca con tanta cifra en negro. Así, crecen los contingentes docentes que pasan a referenciarse con la Multicolor.


Mención aparte para la izquierda que coqueteó estos meses con la “necesaria unidad de acción con la Celeste y Baradel”, con esperanzas en que su supuesta oposición a Macri y Vidal los iba a llevar a luchar. El fracaso completo de esta caracterización provoca en algunas agrupaciones bandazos violentos, pasando de las cartas a Baradel a pretender acciones que les eviten la lucha política rigurosa y cotidiana para librarnos de la burocracia.


Tribuna Docente libró una batalla frontal contra estas ilusiones, evitando que el conjunto de la Multicolor siga esta orientación suicida. Ahora debemos intervenir en cada una de las luchas provinciales, dándoles una coordinación y una proyección nacional.


 


La lucha docente por el salario y en defensa de la educación pública, recién comienza bajo el nuevo gobierno. La docencia tiene enormes reservas para enfrentar el ajuste. Vamos por una nueva dirección.