Sindicales

11/3/1999|618

Docentes: El salario en punto muerto

“Hoy sólo tenemos incertidumbre. Nadie puede anticipar cuánto se recaudará, ni cuándo estarán los recursos, ni para cuántos docentes alcanzará. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que hasta después de julio o agosto no habrá nada”. 

Esto no lo dice Tribuna Docente sino la Junta Ejecutiva de Ctera y secretarios generales de todo el país (Mensaje de Ctera a la comunidad educativa en el comienzo del ciclo lectivo 1999). 

La dirección de Ctera, con más de dos años de demora, no tuvo más remedio que rendirse ante las evidencias y admitir el fiasco del ‘financiamiento’. 

El Congreso Extraordinario de Ctera resolvió un paro aislado para el 6 de abril, sin continuidad y recién para dentro de 40 días, cuando varias provincias están en conflicto y han resuelto “no iniciar las clases” (Catamarca), paros progresivos (San Juan) o huelga la primera semana de clases (La Rioja). 

El ‘reconocimiento’ de Maffei, por lo tanto, no pasa de ser un saludo a la bandera pues repite la misma película que viene llevando al fracaso al gremio en la última década. Según la conducción de Ctera, habrá que esperar al “cambio de gobierno”. 

La oposición a esta política tuvo, de todos modos, una expresión en el Congreso: la moción del ‘no inicio’ y ‘plan de lucha’ cosechó el 20% de los votos. Este porcentaje representa un porcentaje muy superior en términos de vida sindical efectiva ya que el Congreso, compuesto en su abrumadora mayoría por delegados digitados y con mandatos ‘cocinados’, refleja muy pálidamente las verdaderas tendencias que anidan en el gremio. 



Seguidismo 

Según la conducción de Ctera, habrá que esperar el ‘cambio de gobierno’. Y mientras tanto, ¿comemos vidrio? 

Ctera pide que hagamos una tregua, cuando el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y el gobierno aliancista de la Capital no nos dan tregua y siguen atacando el salario, las condiciones laborales, la estabilidad y aplicando la reforma educativa. 

Los dirigentes de Ctera ya dicen abiertamente que la Alianza “no dará soluciones” a nuestras demandas, pero eso no les impide apoyarla en las elecciones, aunque ‘advierten’ que Ctera hará sentir “su fuerza” y exigirá un “piso de concertación”. ¡Hipocresía pura! Mientras se finge una ‘oposición’ a la Alianza, el accionar cotidiano del gremio está condicionado a los compromisos políticos de la directiva con esa coalición. Pero, además, la “concertación” es lo que viene de fracasar. Maffei y Yaski se desvivieron durante dos años para encontrar una vía “consensuada” de financiamiento con legisladores y ministros (que fueron reivindicados como “aliados”) que satisfaciera el reclamo docente y que, al mismo tiempo, no interfiriera en los planes de la reforma educativa y en los compromisos del gobierno con los organismos financieros internacionales. Un problema imposible de resolver como el de la cuadratura del círculo. 



Una nueva estrategia 

El planteo de Ctera está hecho a la medida del “cronograma electoral” y no de las necesidades apremiantes del gremio. La dirección celeste se ha ceñido al libreto de sus aliados aliancistas quienes ponen por encima de todo la “gobernabilidad” y han salido al rescate del gobierno menemista. 

Las evidencias están a la vista. El fracaso rotundo, completo, de la política de Ctera pone a la orden del día un replanteo general, que no admite más dilaciones. Ctera debe desembarazarse de sus ataduras con el gobierno y la Alianza y plantear la huelga general educativa hasta arrancar el salario de 700 pesos y las demás demandas insatisfechas. 

La docencia debe dejar de ser convidada de piedra y debe ser convocada a deliberar y decidir. Llamamos a impulsar la convocatoria de un Congreso de bases para encarar una lucha nacional y conducirla a la victoria.