Sindicales

24/2/2005|888

Docentes: es el momento

No iniciemos las clases hasta obtener nuestros reclamos


Los docentes de casi la mitad del país han anunciado el no inicio normal de las clases. En Buenos Aires, San Juan, Catamarca, Santiago del Estero, Jujuy, Río Negro, Santa Fe y Chaco ya han declarado que si no hay satisfacción a los pedidos de aumento salarial se irá a la huelga. En Salta, la lucha contra el gobierno de Romero se extendió durante parte del verano, hasta que los docentes de Orán obtuvieron su objetivo y el pago completo de los días caídos, que el gobierno pretendía descontar. El motor del malestar es la miseria salarial.


 


Hasta cierto punto, nada de esto es nuevo. Tampoco lo es que la burocracia de Ctera no piensa convocar a ninguna acción.


 


Lo que sí es nuevo son las luchas obreras para imponer aumentos reales de salarios y mejores condiciones de trabajo.


 


La burocracia de Yasky-Baradel-CCC-De Gennaro quiere la convocatoria a seudo-paritarias implementadas por decreto, para frenar las luchas (“los conflictos de los trabajadores tienen una forma ideal de terminarse, que es la implementación de las CCT –Convenciones Colectivas de Trabajo–. A partir de esta situación el patrón y los obreros establecen una nueva relación laboral… [y] en esta instancia el conflicto desaparece [destacado en el original]. En realidad, se transforma la relación conflictual por una mesa negociadora, determinando un cambio de escenario. Esta modificación debería cambiar la actitud ante esta nueva situación ”) [destacado nuestro] (Circular número 010/05, del Consejo Directivo de la Provincia de Buenos Aires de ATE, 20 de enero de 2005).


 


Es la política de los organizadores de derrotas.


 


Más que nunca está planteado el No Inicio de las clases. Instalar esa perspectiva es fundamental.


 


Es necesario también realizar un mapa de riesgo de todas las escuelas y no iniciar el dictado de clases hasta que las condiciones elementales de seguridad y salubridad se cumplan. Que comisiones de control de padres y docentes fiscalicen el estado de los establecimientos.


 


Por congresos de bases de toda la docencia, por plenarios de delegados de escuela con mandato que decidan y dirijan el plan de lucha, por el aumento salarial y la defensa de las condiciones de trabajo.