Sindicales

19/8/2004|864

Docentes, la lucha por el salario va

El arreglo “salarial” que pactó la burocracia celeste con el go­bierno está haciendo agua por todos lados.


En el interior, varias provincias están efectuando paros, entre ellas, La Rioja, Catamarca y Chaco.


De igual forma, en la provincia de Buenos Aires -donde la agacha­da frente al gobierno fue la más pro­funda- el repudio a la entrega sa­larial de la burocracia de Yasky cre­ce día tras día.


Los docentes en las escuelas re­claman un plan de lucha hasta ob­tener los 250 pesos de aumento al básico, en especial luego de verse enfrentados a la burla de un au­mento del 11 por ciento al básico y la actualización de las asignaciones familiares limitada al nivel de la Nación. La mayoría de los docentes tampoco recibió el incremento de las asignaciones familiares, aunque el gobierno ha dejado de pagar bo­nificaciones no remunerativas que fueron sustituidas por la semi cum­plida “recomposición salarial’’.


Esta situación generó una crisis en el frente armado por Yasky con la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), porque esta úl­tima se vio obligada a rechazar el “aumento” por la presión de sus pro­pios afiliados. La FEB paró el 26 de julio y la mayoría de sus afiliados reclaman un plan de lucha con pa­ros progresivos hasta obtener la in­corporación de todas las sumas en negro en el básico, lo que está cer­cano al reclamo de los 250 pesos de aumento.


En medio de ese clima, tiene lu­gar la lucha de Suteba La Plata por el aumento de los 250 pesos al básico.


Suteba La Plata no acató el le­vantamiento del plan de lucha que ordenó Baradel (el reemplazante de Yasky en Suteba Central). Los com­pañeros convocaron el 4 de agosto a una “jornada de reflexión", sin dic­tado de clases y con permanencia en las escuelas. Fue todo un éxito, por­que la medida fue acatada por el 90 por ciento de los docentes, esto a pe­sar de que Baradel había enviado un telegrama que conminaba a Suteba La Plata a dejar sin efecto las medidas de fuerza.


Para asegurar su política, la bu­rocracia celeste actúa de policía contra los que luchan.


 


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